En el arte, cuando se piensa en caminos, la representación pictórica y el aplauso se lo llevan, casi siempre, los enclaves naturales, las sendas bucólicas o los paisajes idílicos. Pocos son los que se fijan, sin embargo, en aquellos otros caminos, desapercibidos por mil veces transitados: los pasos de cebra, senderos urbanos en los que el artista Fernando Delgado coloca el ojo y el pincel en la última muestra que la galería de arte Black Box mantendrá abierta hasta el día 6 de enero.

“Siempre he estado interesado en la vida, el trayecto, la pregunta, el recorrido. He querido representar esto de forma metafórica a través de los pasos de cebra, con una mirada un poco más urbanita. Al final, son el elemento que nos protege, de una forma un poco paternalista, de las inclemencias de los coches”, cuenta el propio Delgado. La muestra, compuesta por una treintena de obras, explora el concepto desde distintas ópticas, pero con la búsqueda de la contradicción como hilo conductor. “Se trata de utilizar todas estas incongruencias que hay en la vida, historias que vivimos que no tienen sentido, pero que aceptamos a diario y con las que convivimos”, explica.

Estas incoherencias se plasman, en la exposición, a través de representaciones figurativas que incluyen la de una mujer ascendiendo por un paso de cebra que se antoja una escalera, o la imagen del cuadrúpedo que le da nombre a la sinalética urbana cruzando sobre sus rayas. En la muestra conviven, además, las dos vertientes artísticas de Fernando Delgado, la abstracción y la figuración, divididas en dos pasillos para que sea el visitante quien escoja su preferencia. “Trabajo esas dos tendencias, es mi eterna duda. Prefiero que convivan”, señala.