El número de viajeros del transporte urbano en A Coruña en 2021 fue un 30% inferior al de 2019, el año previo al inicio de la pandemia, en el que se alcanzaron los 23 millones de desplazamientos en este medio de transporte. Ese descenso supone una mejora con relación al balance de 2020, en el que la caída fue del 40,8% y los viajeros fueron 13,6 millones, ya que los del año pasado se situarán probablemente en el entorno de los 16 millones, a la espera de obtener los datos definitivos.

La Compañía de Tranvías mencionó esta disminución de los viajeros en la memoria con la que intentó justificar su solicitud de incremento de las tarifas para este año desde los 1,20 euros actuales a los 1,42, ya que el documento, fechado el 30 de noviembre, citaba ese porcentaje. Fuentes de la empresa señalan que fue el mismo que se alcanzó al terminar el año. Esas mismas fuentes atribuyen a las restricciones impuestas durante 2021 para luchar contra la pandemia el nuevo descenso del número de viajeros del transporte urbano coruñés, ya que tras la explosión de contagios que se produjo durante las navidades se aplicaron nuevas medidas que restringieron la movilidad y la actividad económica hace ahora un año.

Pero la compañía pone de relieve que los estudios científicos realizados revelan que el transporte público no ha sido hasta el momento el origen de ningún brote de coronavirus y que la seguridad sanitaria en los buses coruñeses está garantizada por las medidas aplicadas, como el uso obligatorio de mascarillas, la ventilación constante de los vehículos y su desinfección continua desde el inicio de la pandemia.

El desplome de la demanda del transporte urbano se tradujo en una caída del 41,5% de la cifra de negocio de la Compañía de Tranvías y en un resultado negativo de su actividad, ya que sus pérdidas fueron de 2,74 millones después de abonar los impuestos. Para paliar los efectos del COVID en estas empresas, el Gobierno central les concedió el año pasado una ayuda que estableció sobre el 40% de los ingresos por tarifas que hubieran tenido en 2019, por lo que a la Compañía de Tranvías le correspondieron 5,4 millones de euros.

La persistencia de una baja demanda en el transporte urbano durante 2021 se reflejará probablemente en un nuevo resultado negativo en las cuentas de la Compañía de Tranvías de ese año. Según manifiesta la empresa en la memoria que presentó para solicitar la subida de las tarifas, “no existe actualmente ninguna certeza de que el Gobierno del Estado o el Ayuntamiento vayan a prever alguna cantidad compensatoria”. El Gobierno municipal indicó por su parte a este periódico ayer que carece de información sobre si el Ejecutivo central compensará nuevamente a las concesionarias de estos servicios.

Esta incertidumbre sobre las ayudas estatales llevó a Tranvías el pasado noviembre a estimar que en 2022 se produzca un “desequilibrio similar” al ocurrido el año pasado en sus cuentas, argumento que utilizó para defender ante el Concello la necesidad de un incremento de las tarifas de sus servicios. “La revisión es necesaria para corregir la actual situación de grave pérdida de ingresos motivada por las limitaciones a la movilidad y la restricción a la confluencia de espacios motivada por la pandemia mundial de COVID-19”, citó la compañía en la memoria entregada al Concello, en la que también mencionó “la mayor subida de los precios y los carburantes en las últimas décadas”, así como la necesidad de “actualizar y mantener el nivel de calidad y el interés social y público de la concesión”.

Según Tranvías, “para mantener las actuales prestaciones se hace preciso actualizar la retribución de la concesión a través de la tarifa”, de la que destacaba además que está establecida en términos económicos en un “contexto existente más de ocho anos atrás”. Con esa afirmación la empresa se refería a 2014, el último año en que se aprobó un incremento del precio del billete, que pasó entonces a costar 1,30 euros. En aquel momento gobernaba en el Concello el Partido Popular, que alcanzó un acuerdo con Tranvías para congelar las tarifas a causa de la fuerte crisis económica que vivía el país.

Los populares mantuvieron el precio del transporte público hasta el final de su mandato y la llegada de Marea Atlántica no varió esta política hasta 2019. En los meses previos, Tranvías presentó una solicitud para subir las tarifas hasta los 1,39 euros, pero el Gobierno local presidido por Xulio Ferreiro no solo no atendió su requerimiento, sino que aplicó una rebaja al billete ordinario que lo dejó en 1,20 euros partir de febrero de 2019, lo que supuso el primer descenso de precios en la historia del actual contrato del transporte urbano, que se inició en 1986.

Marea justificó la reducción aplicada con un estudio de investigadores de la Universidade da Coruña, otro de la asesoría jurídica municipal, un tercero de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia y un cuarto que fue encargado a partir del anterior. Alegó los beneficios millonarios de la empresa. En 2019, primer año de la bajada de tarifas, Tranvías obtuvo 3,2 millones de superávit.

La reacción de Tranvías fue recurrir esta decisión en los tribunales. Antes, había congelado desde 2015 su inversión en la renovación de la flota ante la “inseguridad jurídica” provocada por la interpretación del anterior Gobierno local (tumbada por los tribunales) de que la concesión de la empresa acababa en 2016. Esa inseguridad, alegó, se amplió con la bajada unilateral del precio del billete.

El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 4 dio la razón al Concello. Además, la Compañía ha Pero en octubre de 2021 el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acabó por anular la bajada de tarifas aprobada por el Gobierno local de Marea. El actual Ejecutivo optó por recurrir la sentencia ante el Supremo y por no modificar las tarifas hasta que haya un fallo definitivo sobre las mismas.