El Concello ha iniciado este lunes el derribo de las casas en ruina del antiguo núcleo rural de San José, en la avenida de Fisterra poco antes del límite con el municipio de Arteixo. Lo anunció ayer la alcaldesa, Inés Rey, en Radio Coruña, que recordó que se trata de una “actuación muy demandada” que permitirá “acabar con un punto negro de droga y ampliar carriles en la avenida de Fisterra”. Este proceso se inició en el mandato anterior.

Las obras durarán 14 semanas, según los cálculos del Gobierno local. En los últimos años, estos seis inmuebles que serán demolidos se convirtieron en foco habitual de consumo y trapicheo de drogas. El pasado verano, el Concello anunció que el derribo sería inminente, e incluso se colocaron vallas para ejecutar los trabajos, pero la presencia de ocupantes en al menos dos casas no permitió seguir adelante con los planes. Inés Rey comentó ayer que ya cuentan con la autorización judicial para iniciar esta demolición.

Una vez que se echen abajo las construcciones, el Concello urbanizará los terrenos y ensanchará la calzada, que en ese punto es más estrecha que en el resto de la avenida por la presencia de las edificaciones ruinosas. La operación supondrá además la incorporación al patrimonio municipal de una parcela de 486 metros cuadrados que pertenece a la Xunta y en la que en el pasado hubo una caseta de peones camineros.

Fueron las continuas quejas vecinales por la presencia de consumidores de droga en la zona, en el polígono de A Grela y en barrios próximos las que llevaron al Concello —primero de Marea Atlántica y ahora del PSOE— a derribar estas viviendas.