El accidente de tráfico que a mediados de octubre pasado provocó la caída de un turismo desde la ronda de Outeiro a la calle Caballeros y que otro se estrellase contra una columna publicitaria en la ronda de Outeiro ha dado lugar a una rigurosa investigación policial que aún no ha finalizado y cuyas conclusiones son determinantes para que el juez que dicte sentencia advierta o no la existencia de un delito penal que acarree una severa sanción. Las pesquisas policiales del equipo de atestados se centran sobre todo en la intencionalidad de uno de los vehículos, el que pudo haber provocado la caída del otro a un nivel inferior de la calzada, y apuntan a que los conductores se enfrascaron en un pique desde kilómetros atrás, en la avenida Alfonso Molina, pero en el momento en que los dos coches coincidieron en el desvío hacia la ronda de Outeiro no hubo intención por parte de uno de ellos de chocar contra el otro, lo que motivó que cayese desde el viaducto.

El juez está siendo muy exhaustivo con la investigación, señalan fuentes consultadas por este diario, por lo que aún no hay un dictamen concluyente. Si el informe final determina que el golpe ocasionado por uno de los coches al otro a consecuencia del pique, que pudo haberse originado por un adelantamiento en Alfonso Molina, perseguían la intención de arrojarlo por el viaducto de la ronda de Outeiro, las consecuencias penales de tal acción serían de mayor gravedad.

La caída del vehículo a la calle Caballeros causó heridas de pronóstico reservado a sus dos ocupantes, que fueron atendidos por un médico de la mutua Fremap, ubicada a solo unos metros del lugar del accidente. En el otro turismo, con un padre y un hijo a bordo, el primero resultó herido y el segundo escapó del lugar a pie y fue posteriormente localizado.

Entre los aspectos que se están investigando para resolver el alcance de las responsabilidades de los implicados están las carrocerías de los dos coches, las huellas que dejaron sobre el asfalto, la forma en la que chocó el que iba en cabeza contra la barandilla del viaducto y también el modo en que cayó sobre la calle Caballeros.

Lo que parece claro es que los conductores iniciaron un pique originado por una brusca maniobra en la conducción, probablemente poco antes de entrar en el desvío de la ronda de Outeiro hacia Cuatro Caminos. El trayecto de ese tramo es muy corto y debido a la velocidad a la que circulaban un coche cayó por el viaducto y otro chocó contra un elemento publicitario.