Los demandantes de vivienda protegida de A Coruña han caído este año hasta los 1.994, un 21% menos que en 2020, y los expertos lo achacan a la falta de oferta. Los datos les dan la razón. La caída de obra nueva tras la anterior crisis, y la falta de iniciativas públicas, han provocado que la vivienda protegida tan solo supusiese el 9,6% de las compraventas en el mercado coruñés desde 2004, cuando empieza la serie estadística del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Si entre ese año y el tercer trimestre de 2021, el último para el que hay datos, se vendieron 4.001 pisos bajo este régimen social, el mercado libre sumó 37.260 transacciones.

Y no todas estas 4.001 compraventas indican que en nuevo piso entró en el mercado. Según aclaran fuentes de la cartera de Agenda Urbana, el perceptor de una vivienda protegida puede revender su piso dentro de ese régimen (si bien con limitaciones en cuanto al precio máximo que puede pedir), por lo que el mismo piso puede salir dos veces, o más, en las estadísticas.

Además, la participación de las viviendas de protección en el mercado inmobiliario ha ido decayendo. El periodo de oro fue la primera década del siglo, cuando se vendían varios centenares de pisos de este régimen al año. Entre 2004 y 2010 la media de compraventas fue de 441 viviendas anuales, y la participación en el mercado, del 14% La proporción cayó en 2005, con un 9% del total, pero en 2007 se llegó al 24%, y el resto de años se superó el 10%.

Pero el mercado de vivienda protegida nunca ha recuperado estas cifras. La media desde 2011 hasta 2020, el último año completo, fue de 82 compraventas de vivienda protegida al año, menos de una quinta parte que en el periodo anterior. Solo se superó el centenar en 2011, 2015 y 2016. Es cierto que también cayeron las compraventas de vivienda libre, pero lo hicieron mucho menos, de manera que los pisos de protección apenas sumaron el 4,6% del mercado, de media.

El pico se dio en 2011, con un 9,1%, y en 2015 y 2016 las cifras oscilaron en torno al 7%. Pero también hubo periodos en los que este mercado fue anecdótico: entre 2017 y 2019 no se llegó al 3%, y en 2020 la vivienda protegida alcanzó su valor más bajo desde que hay datos: apenas se registraron 34 compraventas, en la ciudad, un 1,6% del total. Quizás por el rebote tras la pandemia, en los nueve primeros meses de 2021 se llegó a 98 transacciones, el 5,4%.

La decadencia de la vivienda de protección se relaciona con la falta de nueva construcción privada. De acuerdo con la ley de vivienda gallega, cualquier promotor urbanístico puede pedir a la Xunta que las casas que construya tengan la consideración de viviendas protegidas, cumpliendo determinadas condiciones (por ejemplo, no pueden tener más de 120 metros cuadrados) y aceptando venderlas a un precio máximo.

Pero esta categoría especial desaparece con el tiempo (normalmente, entre quince y 30 años), y los propietarios pueden pedir pasar al mercado libre antes de ese plazo. Si no hay nuevas promociones, la tendencia es que cada vez haya menos vivienda protegida disponible.

Y el mercado inmobiliario de segunda mano ha ido convirtiéndose en mayoritario desde la anterior crisis: hasta 2010, más del 52% de las transacciones que se hacían en la ciudad eran de vivienda nueva, y en 2009 se llegó al 60%. Pero la vivienda usada es mayoritaria en la ciudad desde 2011. A partir de 2016, ha supuesto nueve de cada diez compraventas. Y, a mayores, las administraciones apenas han construido nueva vivienda pública.

Carencia de promoción pública

En su estadística, el Estado suma viviendas de protección construidas por iniciativa privada y pública, pero estas últimas son pocas. De acuerdo con datos del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) suministrados por la Xunta, desde 2004 el Gobierno gallego ha terminado y puesto en el mercado 376 viviendas de promoción pública en la ciudad, en parte cedidas al Ayuntamiento. De ellas, 188 se construyeron en Eirís (de las que 51 fueron para el Concello), 160 en Novo Mesoiro (16 de ellas cedidas al Concello) y 28 en la calle Caballeros.

Estas iniciativas son antiguas: los pisos de Eirís ya estaban terminados en 2009, las obras de Novo Mesoiro son de 2010 y las de Caballeros se sortearon en 2011, si bien algunos de los pisos se asignaron en años posteriores. Actualmente, la Xunta está desarrollando 40 nuevos pisos en Xuxán de los que ya se ha iniciado la obra, y se planea contratar la redacción del mismo número este año.

En cuanto al Ayuntamiento, fuentes municipales señalan que la última promoción de vivienda municipal que se llegaron a vender fueron los pisos del solar de la antigua Fábrica de Tabacos, un total de 178 viviendas. Pero salieron al mercado en 2008. Actualmente, el Gobierno local proyecta construir 50 viviendas protegidas en Xuxán y otros cinco pisos de protección oficial en un nuevo edificio en el cruce de San Nicolás con Marqués de Pontejos. También ha firmado un acuerdo con Marea para aumentar el parque municipal de vivienda a través de compras.

El presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias, Benito Iglesias, señaló a este diario que su agrupación ha pedido “en muchas ocasiones” más vivienda protegida porque la actual “no es suficiente”. También cree que la “burocracia” y los largos plazos desincentivan optar a las viviendas.

Por su parte, el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Herminio Carballido, cree que la caída de demandantes que registra la Xunta s debe a que “no hay vivienda” protegida. El secretario general de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de A Coruña, Juan José Yáñez, critica que desde 2010 no hay ayudas compradores o promotores de vivienda de protección.