Hay historias que da gusto contar. La de Azzahra Karzazi es una de ellas. Siete días han bastado para que la vida de esta joven madre de 40 años, que se enfrentaba a un desahucio inevitable al no poder pagar la renta de su vivienda, diese un vuelco radical. El pasado miércoles, Azzahra tomaba la determinación de hacer pública la delicada situación por la que atravesaba. Lo hizo por ella misma, sabedora de que solo necesitaba un empujón para salir del bache, pero sobre todo, lo hizo por su pequeña de 10 años, para quien quiere ser un ejemplo.

En menos de 24 horas, la sociedad le mostró su mejor cara. “He recibido muchísimas llamadas ofreciéndome trabajo, preguntando cómo podían ayudar o dándome ánimos. Padre Rubinos me ayudó con la deuda que tenía con el dueño del piso... me ha cambiado la vida”, admite emocionada.

La llamada más especial, sin embargo, llegó casi de primera, cuando su caso llevaba pocas horas publicado en la prensa. Al otro lado del teléfono estaban los propietarios de Enzo’s pizzería. Una semana después, la joven ya se maneja con soltura entre ollas con pasta y masas de pizza. Para sus nuevos compañeros, solo guarda buenas palabras. “El equipo es increíble. Me han ayudado en todo y me han enseñado cómo funcionan las cosas. No necesito más”, sonríe.