El Ministerio para la Transición Ecológica acaba de recibir y exponer al público la documentación completa del proyecto para la construcción de un parque eólico marino que tendrá una superficie máxima de 268 kilómetros cuadrados, es decir, siete veces el tamaño de la ciudad de A Coruña. Se situará frente de la costa ártabra y estará compuesto por 80 turbinas flotantes que tendrán una altura de 143 metros hasta el rotor (serán incluso más altas que la propia Torre Hercón, de 119 metros). El promotor de esta actuación es la empresa Parque Eólico Marino Nordés SL, sociedad formada entre Bluefloat Energy y Sener Renewable Investments. La electricidad que se genere será transportada por un cable submarino que llegará a la playa de Sabón, en Arteixo, donde se conectará a la subestación existente en este polígono.

El Gobierno central ha iniciado el trámite para la evaluación ambiental del proyecto, en el que se dictaminará el impacto que tendrá y si son necesarios más estudios. Ahora, el departamento estatal recabará informes de diferentes administraciones públicas y entidades ecologistas para que aleguen lo que consideren.

El parque eólico se situará a unos 60 kilómetros de distancia de A Coruña y a unos 30 de la costa de Ferrol. El desarrollo de esta iniciativa está previsto en dos fases diferentes. Una primera incluye la instalación de 35 arerogeneradores con una producción estimada aproximadamente de 2.100 gigavatios-hora al año. Posteriormente se prevé la colocación de los otros 45 aparatos, que extenderían la producción anual del parque a cerca de 4.800 gigavatios-hora al año.

Ubicación del parque eólico flotante Galicia Nordés, situado frente a la costa coruñesa, y su conexión con la red eléctrica terrestre en la playa de Sabón. | // LA OPINIÓN Iván Aguiar

El área de ocupación del parque eólico, considerando las dos fases de desarrollo, es de aproximadamente 268 kilómetros cuadrados. Esta es la superficie total de implantación necesaria para la colocación de 80 turbinas y dos subestaciones flotantes. El proyecto recoge que “las turbinas han sido posicionadas con el objetivo de maximizar su producción y teniendo en cuenta unas distancias que minimizan la afección de unas a otras”. Los aerogeneradores irán conectados entre sí y con las subestaciones flotantes mediante cables submarinos, cada uno de los cuales conectará en serie un conjunto de cinco turbinas con una de las subestaciones eléctricas flotantes.

El promotor de esta iniciativa justifica que ha escogido esta ubicación frente a la costa de la provincia coruñesa porque “la calidad del recurso eólico en esta región puede considerarse muy buena, siendo una de las zonas con mayor potencia eólica del país” y que se registra “un valor óptimo para la producción eólica” con estas instalaciones.

En cuanto a posibles afecciones, el documento presentado ante Transición Ecológica recoge que “el emplazamiento propuesto se sitúa fuera de las principales áreas naturales protegidas, y permite un tendido viable tanto de los cables submarinos como de la conexión terrestre con una afección mínima a espacios naturales y hábitats protegidos”. Además, se señala que esta ubicación “no tiene afecciones significativas a la navegación aérea (no afectando a ninguna servidumbre aeronáutica) o marítima (no bloquea las principales rutas de navegación detectadas), y consigue también minimizar la afección a los principales caladeros explotados actualmente por la flota pesquera asociada a los puertos A Coruña y Ferrol”. El espacio marítimo de ocupación efectivo por cada turbina en planta es equivalente a un círculo de aproximadamente 730 metros de radio.

Dimensiones consideradas para los aerogeneradores del parque eólico Galicia Nordés. | // LA OPINIÓN

El cable que transportará la electricidad desde el parque eólico hasta tierra firme llegará a Arteixo. En concreto, lo hará a la playa de Sabón, a escasa distancia de la central térmica y el puerto exterior de Langosteira. En el proyecto se defiende que el emplazamiento de los aerogeneradores “permitiría realizar la evacuación de la energía al nodo de transporte de alta tensión de Sabón y que está ubicado en un emplazamiento ideal, por su proximidad” del litoral. En la propuesta técnica se recoge que “la transición marítimo terrestre se realizará a través de una zanja, ya que es la técnica, a priori, más factible desde el punto técnica y económico”.

La ejecución del parque eólico requiere de la construcción de las plataformas flotantes para la cimentación de los aerogeneradores y las subestaciones flotantes. Después se procederá a la instalación del conjunto plataforma-aerogenerador y plataforma de la subestación eléctrica en el área marina de operación. Además, se deberá proceder al tendido de los cables submarinos y su conexión en tierra hasta llegar a la subestación eléctrica del polígono de Sabón.

El documento señala que uno de los motivos que llevaron a la elección del norte del litoral coruñés fue que en Galicia se ha producido el cierre de las centrales térmicas de carbón, lo que disminuirá la capacidad de generación eléctrica sustancialmente en los próximos años. “En el año 2020 se puso fin a la producción de la planta de Naturgy en Meirama (Cerceda) y está previsto que la planta de As Pontes, la última térmica de carbón gallegacierre próximamente. Esto hace que exista un déficit que es necesario cubrir y la energía eólica marina se postula como una fuente renovable muy atractiva”, asegura el promotor de la iniciativa.

En caso de que el parque eólico consiga las autorizaciones administrativas necesarias, el promotor destaca, según recoge la documentación presentada en el Ministerio para la Transición Ecológica, que se producirá un “fomento del crecimiento económico y del empleo”. Se estima la generación de unos 14.000 empleos directos durante la fase de construcción, de los que unos 6.000 serían en Galicia. Para la operación y mantenimiento se calculan unos 240 puestos de trabajo al año, con lo que el número de puestos de trabajo directos totales ascendería, considerando una vida útil del parque de 30 años, hasta los 21.000 empleos.