Dos electricistas que trabajaban en una galería subterránea por la que discurren las conducciones eléctricas en la calle Arquitecto Rey Pedreira, en el barrio de Peruleiro, resultaron heridos graves ayer por la mañana a consecuencia de la explosión causada por un cortocircuito. Los hechos sucedieron a las 10.40 horas cuando los operarios de la empresa Elecnor trabajaban en la sustitución de grupos electrógenos y se produjo la explosión que afectó a ambos de forma importante en la cara.

Los dos fueron trasladados de inmediato al Hospital Universitario de A Coruña por una ambulancia del servicio de emergencias 061, que acudió al lugar alertado por los testigos, al igual que la Policía Local. Permanecen ingresados en la Unidad de Quemados, ya que sufren quemaduras de segundo grado en la cara, aunque ambos se encuentran hemodinámicamente estables, según la información facilitada por el centro sanitario a primera hora de la tarde de ayer.

Una dotación de la unidad científica del Cuerpo Nacional de Policía se desplazó también al punto donde ocurrió la explosión con el fin de iniciar la investigación sobre las causas del accidente. También llegaron allí trabajadores de Unión Fenosa Distribución, empresa para la que se realizan los trabajos y de Naturgy, la comercializadora de la electricidad en el mismo grupo.

Iria Ayora, responsable del establecimiento de estética Bicos de bolboreta, situado frente al lugar donde trabajaban los heridos, explicó que se percató de lo sucedido a causa del temblor que notó y de la oscilación que se produjo en la iluminación del local, ya que el sonido no fue especialmente grande, sino similar a un golpe seco.

De inmediato salió a la calle pensando que podría tratarse de un incidente grave en las obras que se desarrollan en la zona desde hace dos semanas y vio que salía humo del subsuelo, así como que algunos de los trabajadores que se encontraban en la superficie estaban alterados ante lo sucedido.

“Vi que subían dos hombres por donde salía tanto humo y que estaban totalmente negros como si salieran de una mina y con la piel quemada”, recordó Ayora, quien al ver que uno de ellos trataba de tocarse la cara le instó a que no lo hiciera ante el riesgo que eso suponía para su salud.

Ayora tiene experiencia profesional como maquilladora de personas que han sufrido quemaduras o lesiones oncológicas, por lo que sabe cómo actuar ante este tipo de heridas, lo que la animó a aconsejar a las víctimas del accidente que evitasen el contacto con las zonas de su cuerpo afectadas por la explosión.

“Uno quería echarse agua y le dije que no lo hiciera, el otro pidió una toalla y también le dije que no porque podía infectarse las heridas, que esperasen porque ya habíamos llamado a una ambulancia”, comentó sobre lo sucedido.

Según detalló, los dos heridos permanecieron conscientes en todo momento mientras esperaban la llegada de la asistencia sanitaria, aunque tuvo que insistirles en que no se tocasen la cara, en la que se apreciaba que los ojos no habían resultado afectados pero que había quemaduras en los pómulos y frente, además de en el cuello de uno de ellos.