Érase una vez, o sea, el pasado jueves, un debate del Senado sobre la ausencia de una ley de mecenazgo, en el que el parlamentario coruñés por el PP Miguel Lorenzo invitó al ministro de Cultura, Miguel Iceta, a visitar las fotografías de Lindbergh en el Puerto. Este respondió que desconocía ese “espectáculo o exposición”. Es extraño: en España la mayoría de la población general sabe quién es Lindbergh y lo escribe sin faltas: aproximadamente el mismo porcentaje que se ha leído El Quijote, se mantiene al día de las sesiones parlamentarias y compara programas electorales. Iceta, a cambio, aconsejó visitar el museo cacereño Helga de Alvear. Se prevé estampida de senadores, raza afecta al arte.