Abanca dará una nueva vida al edificio del cine Avenida, en el número 7 del Cantón Grande, donde ubicará parte de sus servicios centrales después de la reforma. El Consello de Patrimonio de la Xunta ha informado favorablemente el proyecto de ejecución, propuesto por la entidad bancaria, para realizar la rehabilitación del edificio que albergaba el cine, desocupado desde 2007. Solo queda pendiente la licencia de obra, que otorga el Concello y que requería el visto bueno de Patrimonio.

El inmueble, con una protección integral (nivel II), se proyecta para un uso de oficinas recuperando y conservando la organización y los elementos constructivos de interés como pavimentos, carpinterías o elementos ornamentales. El espacio de la antigua sala de cine será un espacio de trabajo y exposición, según informa la Xunta, conservando y recuperando, adaptado a la nueva funcionalidad, los elementos compositivos de lo que era la sala de proyecciones, como las escaleras laterales y los pasamanos.

Aunque el Gobierno gallego anunció primero que este edificio se convertiría en la nueva sede de Abanca, después se desdijo y corrigió su información inicial y aclaró que aquí se ubicará parte de las oficinas centrales, pero no se cerrará la sede de Rúa Nova.

El delegado territorial de la Xunta en A Coruña, Gonzalo Trenor, destacó la calidad de la propuesta y la importancia de esta iniciativa, que permitirá rehabilitar “uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad”. La comisión de Patrimonio entendió que el proyecto presentado, junto con los antecedentes del proyecto básico, permiten evaluar de forma favorable la propuesta de Abanca, considerando que el proyecto “pone en valor el inmueble desde su punto de vista arquitectónico y cultural”, añaden fuentes del Ejecutivo autonómico.

El edificio que albergaba el cine Avenida fue proyectado en 1937 por el arquitecto Rafael González Villar, aunque no abrió hasta 1941. Abanca —entonces Caixa Galicia— lo adquirió en 2007 tras comprárselo al fundador de Inditex, Amancio Ortega. En aquel momento, la entidad bancaria manifestó su intención de reformarlo para habilitar oficinas y espacios de actividad institucional y social, y así también reforzar el trabajo de la sede de Afundación en el edificio anexo.

El inmueble tiene una particularidad, y es que cuenta con protección integral (nivel II) por su excepcional valor arquitectónico y cultural. En 2014, el Gobierno local, del PP, trató de rebajar su categoría al nivel III, pero Patrimonio lo impidió, limitando así las obras a conservación y restauración. Esto impide realizar trabajos para mejorar su funcionalidad con la redistribución de espacios.

La protección y el retraso en algunos trámites hicieron que pasasen años hasta que Abanca obtuviese el visto bueno para iniciar las obras. En 2019, los técnicos municipales ya estudiaban la solicitud de la entidad financiera para reformar el edificio del Cantón Grande, que tiene una enorme lona publicitaria en su fachada que impide ver su aspecto. Esa petición debía adecuarse al Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de la Ciudad Vieja y Pescadería y la Concejalía de Urbanismo exigió varios cambios y subsanaciones técnicas importantes a Abanca para poder otorgarle la licencia.

Mientras, el edificio seguía deteriorándose. De hecho, en estos 15 vacío, Abanca tuvo que emprender determinadas actuaciones para garantizar la seguridad del inmueble.

La comisión asesora del Pepri —formada por un arquitecto, un arqueólogo y un técnico jurídico municipales, además de otros dos especialistas designados por la Consellería de Cultura, un historiador, un arquitecto y un arqueólogo— exigió a la entidad bancaria, para llevar a cabo su reforma, conservar algunos de sus elementos más característicos, como los escaparates curvos de los comercios que ocupaban el vestíbulo, los elementos originales de la carpintería de la entreplanta y la armonía horizontal de este tipo de elementos en la fachada, donde también habrá que preservar las cornisas, los machones y las molduras.

La Xunta ha informado de que también se mantendrán, dentro del edificio, los pavimentos y, donde estaba la sala de cine, las escaleras laterales y los pasamanos.

Un elemento particular del cine Avenida era el vestíbulo, que fue concebido como una prolongación del Cantón Grande con forma de deambulatorio y daba acceso tanto a las viviendas como a la sala de proyección. Se convirtió en el punto de reunión de la ciudadanía gracias a su amplitud.

Con fachada principal al Cantón y posterior a la calle de la Estrella, el edificio se levanta sobre una parcela de 802 metros cuadrados, según figura en el Pepri. Tiene sótano, planta baja y ocho alturas; su superficie total construida es de 4.021 metros cuadrados y su fondo, de 50 metros. Lleva 15 años vacío, sin uso, y, de hecho, su fachada permanece oculta tras una lona. El pasado noviembre, quedó a la vista de todos al retirar esta lona para cambiarla por otra. Fueron solo unas horas, pero las personas que pasaron en ese momento por el Cantón Grande pudieron ver su aspecto actual.