El Concello empezará a gestionar el próximo martes el parking público del polígono de Elviña, situado entre la plaza Luís Seoane y la fuente de Las Pajaritas, a través de la Empresa Municipal de Vivienda, Servicios y Actividades (Emvsa). La decisión se toma para evitar que el aparcamiento llegue a cerrar por el “próximo cese” en su explotación por parte del administrador concursal que actualmente lo gestiona. La empresa concesionaria, Servicios y Concesiones Crunia, entró en concurso de acreedores en 2015.

Según el acuerdo que se aprobó en la Junta de Gobierno Local extraordinaria de ayer, convocada con media hora de antelación, la gestión municipal directa será temporal, ya que se contempla ceder la explotación a una nueva concesionaria. El documento aprobado establece que la explotación se debe sacar a concurso en seis meses a partir del próximo martes, si bien se podrán prorrogar otros tres.

Sin embargo, fuentes municipales señalan que este periodo se empleará para definir si hacer definitiva la gestión a través de la empresa municipal (una decisión que tendría que pasar por el pleno) o convocar un nuevo concurso. Mientras tanto, se mantendrán las condiciones de tarifas y derechos de los usuarios actuales, y Emvsa, que ya explota otros cuatro aparcamientos de manera permanente, se subrogará los contratos con los empleados y las empresas de suministros.

Actualmente, el parking está dotado con 730 plazas, de las que la mitad están cedidas de manera permanente y el resto se alquilan. Según el acuerdo aprobado ayer, la gestión municipal se adopta para preservar el interés general y “específicamente” por el de los de los usuarios que ocupan las plazas de manera permanente, pues la interrupción del servicio derivada de la quiebra de la empresa que lo gestiona les causaría un “grave perjuicio”.

El origen del aparcamiento se remonta a 2002, cuando el Gobierno local que presidía Francisco Vázquez adjudicó a la actual concesionaria, por aquel entonces llamada Aparcamiento Elviña S. A., su construcción y explotación. El proyecto, que recayó sobre el grupo Fontenla, estuvo acompañado de polémica, pues en un listado de firmas que se presentó para pedir la construcción del parking se incluyeron nombres de menores y muertos.

Liquidación e indemnización

Aunque la concesión se prolongaba hasta 2052, la concesionaria entró en concurso de acreedores en 2015 y la liquidación empezó a finales de 2016. El administrador concursal solicitó en septiembre de 2019 liquidar el contrato de concesión, pidiendo una indemnización al Concello por daños y perjuicios. En febrero del año pasado, un informe del servicio de Movilidad Urbana determinó que no había que pagar a la empresa por este motivo, pero sí que debía recibir una compensación de unos 808.000 euros por el valor de la obra que no se había amortizado con la explotación.

Este dinero no lo tendría que abonar el Ayuntamiento, sino la próxima empresa concesionaria, e iría para pagar a los acreedores de la original. La asesoría jurídica mantenía este criterio, pero posteriores informes del Concello y el servicio de Intervención Municipal determinaron que no había que reconocer este derecho. El administrador presentó alegaciones contra esta nueva interpretación, pero el Concello las desestimó, y, dado que no tiene noticia de que exista algún recurso contra este acuerdo, actualmente lo considera “firme”.