La psicóloga Claudia Pradas, con despacho en A Coruña, imparte a las 16.00 horas de hoy una charla en la Hobbycon que se celebra en Palexco acerca del impacto de comunidades online, como foros, canales de Discord, redes sociales y grupos de videojuegos, en la salud mental y su papel durante el coronavirus.

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de usar estas comunidades?

Como en todo, hay luces y sombras. Hay beneficios. Nos pueden trasladar a un lugar seguro, o hacernos sentir que hablamos con libertad de temas que no podemos tratar en otros espacios. Generan sentimiento de grupo y comunidad, que para algunas personas es más difícil encontrar en el día a día. Pero, al ser una fuente de dopamina [una hormona que genera placer] muy inmediata, es posible que caigamos en el aislamiento, si solo nos relacionamos a través de las plataformas. Ahí podemos tener episodios depresivos, episodios ansiosos por juegos muy competitivos...

¿Hay gente para la que le es más fácil relacionarse a través de una pantalla que cara a cara?

Cada persona es un mundo, pero hay una tendencia en ese sentido, en personas que no encuentran un refuerzo de grupo en espacios abiertos o actividades de comunidades online. También en personas marginalizadas. Se encuentran con un subgrupo que entiende sus gustos, aficiones y sentimientos y entran ahí. Pero volvemos a que los videojuegos y redes sociales son una fuerte de dopamina muy directa: lucecitas, colores y señales que hacen que tu cerebro diga: “Dame más de esto”.

¿Qué impacto tuvo el COVID?

Las comunidades online han jugado un papel muy positivo durante el confinamiento. Fueron una prevención del aislamiento: personas que se sintieron solas o aisladas han sentido que formaban parte de un grupo a través de videojuegos, canales de Discord, redes sociales, etcétera. ¿Lo malo? Que a algunas personas les ha costado más el desconfinamiento,porque se han encontrado en estas comunidades en un lugar seguro más fácil de acceder.

¿Cómo es la cuestión de la competitividad y la toxicidad en el mundo de los videojuegos?

Como lo de antes, en los videojuegos hay tanto luces como sombras. Está la motivación a la mejora, a ser mejor en algo y aprender más. Luego está la ira, frustración y ansiedad que puede generar no ser tan buenos, que alguien nos insulte. Y esto se retroalimenta: cuando nos insultan, aprendemos que el insulto es la vía de comunicación en ese espacios.

¿Cómo se mantiene un balance sano al utilizar las redes?

La palabra clave es el equilibrio y administrar el tiempo. No hay que demonizar lo bueno que nos aporta, pero sí ser conscientes de cuando estamos invirtiendo más tiempo de lo normal. Y si vemos que no podemos salir de ello solos, decirlo en voz alta. Muchas veces tendemos al aislamiento, a no hablar y hacernos más pequeñitos. Antes de llegar a ese punto hay que hablarlo con los amigos, la pareja, un familiar...

¿Y qué se encuentra en relación al bullying por internet?

Hace cinco o diez años, se daba sobre todo con personas que te conocían. Actualmente eso casi no existe: se da mucho más el hate de desconocidos en redes sociales. Son un caldo de cultivo para criticar abiertamente, con palabras mucho más hirientes que las que usarían personas que te conocen.

¿Cómo podemos evitar las dinámicas de insultos cruzados que se dan por ejemplo en Twitter?

Twitter en concreto es el caldo del mal (ríe). Pero en serio: es importante respirar antes de publicar. Si alguien te insulta y quieres responderle al instante con otro insulto, respirar, sentir que nos ha dolido, y luego decide si quieres bloquear, responder... Pero ante el comentario de odio, primero asumir que eso nos duele. y antes de responder con ira, recordar que este sentimiento suele tapar la tristeza o el dolor que nos produce el odio.

¿Al insultar en redes deshumanizamos a nuestros objetivos?

Es una bestialidad lo que se puede llegar a deshumanizar en redes sociales, y lo poco que parece importarnos. Tú no hablas con una persona: escribes letras en una pantalla. Por eso creo que es más cruel el hate. Hay que tener más empatía: pensar que igual que esa persona también llora, también ríe, tiene problemas de familia y pareja. No sabes lo que está pasando.

Usted es muy activa en Instagram, y divulga temas psicológicos.

Al principio fue una herramienta para encontrar pacientes, pero ahora tengo la agenda cerrada y sigo por amor al arte. Hay una brecha entre la investigación en psicología y el pueblo: un elitismo en el que no se nos permite educar a las personas con su lenguaje, cuando la salud mental nos concierne a todos.

Emplea la perspectiva de género.

Es muy importante. Si tienes un trastorno de la conducta alimenticia o depresión, hay una predisposición genética, una psicológica y un factor social. Y este muchas veces se nos olvida. Pero la mayor tasa de alcoholismo está en hombres, las personas trans tienen muchas más probabilidades de tener problemas de salud mental, el 90% de los ingresados por trastornos de la conducta alimenticia son mujeres... Hay una perspectiva de género en la salud mental.