La puesta en marcha de las obras de la última fase de la urbanización del barrio de Xuxán hace que el Gobierno local retome la iniciativa para buscar una solución para los propietarios de terrenos al otro lado de la avenida de Alfonso Molina que fueron incluidos en este polígono. La contratación de una asistencia técnica para el estudio de las alternativas legales y urbanísticas que den una solución a las tres familias afectadas por este problema es el primer paso dado por el Concello, que tenía además previsto reunirse con ellas el próximo jueves, aunque la cita será pospuesta por la imposibilidad de acudir por parte de algunos de los convocados.

La aspiración de estas familias es que sus fincas sean desafectadas del proyecto conocido inicialmente como parque ofimático, pero la dificultad jurídica que eso implica lleva a los responsables municipales, ya desde el mandato de Marea Atlántica, a proponer una “reordenación” que evite que estos propietarios se vean obligados a abonar las cuantiosas cuotas por la urbanización del barrio que les corresponden al poseer terrenos en ese ámbito.

Pilar Santiago, una de las propietarias de la zona de San Vicente de Elviña cuya vivienda fue incluida en el parque ofimático, asegura que los perjudicados todavía desconocen en qué consistirá la reordenación proyectada por el Concello, pero recuerda que anteriormente se les planteó trasladar a sus propias parcelas la edificabilidad que les correspondería en Xuxán. “Así podríamos permanecer en nuestras casas”, explica, a lo que añade que otra de las propuestas realizadas es que en sus terrenos se pudieran construir viviendas unifamiliares.

Pero Santiago pone de relieve que esa posibilidad implicaría que los afectados siguiesen contribuyendo a los costes de urbanización de Xuxán, a los que no pueden hacer frente, por lo que también se analiza la viabilidad de que abonaran esas cantidades mediante la cesión de la edificabilidad que poseerían en la zona de Elviña.

“En la finca de mi vecina plantean hacer diez chalés, por lo que podría pagar con parte de ellos”, señala esta propietaria, quien comenta además que en su caso apenas cuenta con terreno en el que se pudiera construir y que ya pagó 32.000 euros en cuotas de urbanización, mientras que otro de los propietarios recibió ya cuatro cuotas del orden de los 60.000 euros que ha recurrido por no poder abonarlas.

Otra de las afectadas también se halla en una situación peculiar, ya que la parcela adjudicada por su participación en el ofimático no se encuentra en el mismo, sino en el polígono de Someso junto a la avenida de la Universidad, en un lugar que todavía no ha sido urbanizado, a pesar de lo cual tiene que seguir pagando las cuotas por las obras del otro lado de Alfonso Molina. Otro de los damnificados es Álvaro Corral, el vecino a quien se derribó su vivienda en 2014 para construir una pasarela sobre Alfonso Molina que finalmente no se ejecutará y a quien la solución que se encuentre ahora no le afectará, ya que no podrá recuperar su antigua casa.

“Si el proyecto sigue adelante como está planteado yo estoy de ocupa en una casa que no existe legalmente, ya que está dada de baja”, advierte Pilar Santiago, lo que le impide facilitar la referencia catastral de su propiedad cuando se la solicitan. Mientras esperan a que se halle una alternativa al pago de las cuotas y al abandono de sus viviendas, los afectados siguen concentrándose todos los viernes en la pasarela peatonal de Alfonso Molina a la altura de San Vicente de Elviña, donde reciben el apoyo de algunos de los vecinos de la zona y tratan de evitar el olvido de su problema por parte de las autoridades, ya que su origen se remonta al inicio de las obras del ofimático en la primavera de 2011.