A Salvador todo el mundo lo conoce como DJ Pukas, y lo conoce mucha gente en el mundo coruñés de la noche. “Llevo dedicándome a la música desde 1996” cuenta “y he trabajado en grandes discotecas, como Bambina, de Santa Cristina, donde a las sesiones de tarde y noche se juntaban casi 2.000 personas. También en más de 50 pubs”. En 2018 decidió hacerse autónomo y, además de seguir trabajando a tiempo parcial en la hostelería, se dedica a gestionar eventos, desde cumpleaños a bodas, a los que lleva su propia cabina de DJ con iluminación.

Ser su propio jefe no es siempre un camino de rosas, y obliga a pensar en el futuro. “Yo ahora tengo 45 años, y cuando trabajabas como empleado podías gastarte lo que ganabas, pero ahora cambié el chip: si tienes un mes bueno, hay que guardar dinero” pues los gastos llegan todos los meses y son numerosos: “el alquiler, el equipo de trabajo, la publicidad, la cuota, por la que pago casi 300 euros al mes... Yo compro buen material, y un ordenador nuevo me sale por mil y pico euros. Hay que hacer muchos números”.

Ese colchón le permitió pasar el COVID sin quebrar. “Yo he sobrevivido: tiré de ahorros, pero muchos lo han dejado” relata Pukas, que señala que le da “rabia, pena” ver a compañeros que han tenido que echar el cierre.

“Yo no pude beneficiarme de las ayudas, y tuve que seguir pagando la cuota”, señala, e incluso tras el confinamiento ha habido meses “flojillos”. Pero pese a la sucesión de olas, DJ Pukas encara el futuro con optimismo: “la pandemia se tiene que acabar, de cara al verano la situación va a mejorar muchísimo”.

¿Y cuál es el secreto para tener éxito como autónomo? “Ir haciendo bien las cosas, con paciencia: un trabajo bien realizado, a través del boca a boca, hace que te salga otro”, considera. Eso, y no pararse. “A mí me gusta dar ideas, ofrezco hacer de DJ, llevo redes sociales, hablo con mucha gente y voy todos los días a ver locales nuevos... Y luego está tener experiencia, muy importante: saber hacer bailar a la gente”.