El nuevo presidente de la Asociación Empresarial de Hospedaje de A Coruña (Hospeco), Agustín Collazos, es “optimista”, como él mismo confiesa, y cree que la recuperación del sector está cerca. Marca los congresos y la cultura como factores clave para atraer turistas.

¿Cómo afronta esta nueva etapa al frente de Hospeco?

Con toda la ilusión y toda la fuerza del mundo. Me siento muy orgulloso de que mis compañeros hayan confiado en mí para representarles. Llevo en la ciudad un año y tres meses. Eso me ha dado una fuerza tremenda. Estoy encantado de esta oportunidad. Tengo muchas ganas de hacer cosas y serles útiles. Los miembros de la junta directiva nos llevamos muy bien, la estructura ha cambiado un poco para dar mejor servicio a todos los asociados. He intentado que hubiera paridad entre mujeres y hombres dentro de la directiva. La idea es generar una doble vicepresidencia para representar por un lado a hoteles de cadena y, por otro, a los que son de propietarios privados y así coordinar todas las demandas.

¿Qué hizo antes de llegar a A Coruña?

Mi último destino fue el NH Príncipe de Vergara, en Madrid. Me vine para aquí a finales del verano de 2020. Es una ciudad que yo ya conocía porque hace 20 años trabajé en el NH Atlántico. Volver a A Coruña fue un lujazo. Tenía unos recuerdos tremendos.

Llegó en un momento muy duro para el sector.

Sin duda. En 2020 y 2021 hubo hoteles cerrados, lo peor que le puede ocurrir a un negocio. Los que estuvimos abiertos, sobreviviendo, intentando dar un servicio al cliente. Fue muy duro. Me siento muy orgulloso de cómo el sector y mis compañeros de Hospeco han sabido adaptarse a las circunstancias. Se han reinventado. Cada vez que nos han dado un palo, nos hemos rehecho. Han llegado olas, incluso tsunamis, pero hemos conseguido volver a asomar la cabeza.

¿Cuáles son las perspectivas de futuro?

La última ola, de la variante ómicron, ha sido brutal, pero la gran diferencia es que estábamos preparados. Los hoteles de la ciudad tenían muchísimos eventos, cenas de Navidad, y todo eso se convirtió en cero. El mes de enero también fue complicado porque siguió habiendo restricciones, pero ahora parece que la cosa va mejorando. Somos muy optimistas, pero con los pies en el suelo. Sabemos que en cualquier momento puede pasar algo, pero estamos preparados. Hay que salir de esto y ojalá sea lo más rápido posible. Ojalá el verano sea tan bueno como creemos que puede ser. Igual con la Semana Santa. Desde la asociación, pretendemos dar cobertura a toda esa información que nos llega de la Xunta y el Ayuntamiento para ser útiles para nuestros asociados.

¿La pandemia ayudó a la ciudad a reforzarse como destino turístico a nivel nacional?

Sí. Creo que de todas las crisis se pueden sacar cosas positivas. Se asentó el turismo nacional. Este año, hay gente que todavía tiene respeto a irse fuera y quizá aún podamos beneficiarnos de eso. Pero hemos hecho otras cosas muy buenas durante la pandemia, como la creación del Convention Bureau. Esta ciudad es ideal para congresos de tamaño medio e incluso grande, tenemos infraestructura hotelera, tenemos Palexco, en el centro de la ciudad, y tenemos a los coruñeses, que están acostumbrados a recibir. La semana pasada tuvimos un Fam Trip, con los principales OPC nacionales y se han ido con unas sensaciones increíbles. Somos capaces de personalizar una experiencia. La pandemia nos ha hecho más fuertes.

¿Hospeco está de acuerdo con la estrategia de Turismo, en la que los ejes principales son congresos, cultura, digitalización y sostenibilidad?

Sin duda. Ese es el futuro. Son ejes muy importantes. Eso nos va a traer importantes beneficios al global de la ciudad. Los congresos nos van a permitir desestacionalizar determinados periodos. Cuando llega un congreso, no solo se benefician los hoteles sino toda la ciudad. Además, no podemos estar de espaldas a la situación actual, hay una digitalización en todos los sectores. Es una línea tremenda. Lo mismo ocurre con la sostenibilidad. Todo ello nos va a aportar muchísimo. También la parte cultural, con el año de María Casares. Se pueden crear puntos de conexión con el cliente.

¿La Semana Santa servirá de termómetro para medir la recuperación o se podrá analizar ya en Carnaval?

Quizá para el Carnaval todavía es pronto. Sí que es cierto que ahora el movimiento en las habitaciones lo detectamos muy a corto plazo. El cliente también se ha adaptado y toma la decisión de venir en el último momento. Hablamos de no más de diez días. Ahora es muy difícil hacer predicciones, te equivocas seguro. Pero si todo sigue igual, la Semana Santa puede ser un buen termómetro para medir la recuperación. La gente ahora planifica a muy corto plazo, pero hay movimiento y ganas de salir. Eso me da esperanza.

¿El sector es ahora más flexible?

Totalmente. Las circunstancias te llevan a intentar sobrevivir. El año pasado ha habido hoteles cerrados en la ciudad y el resto hemos tenido que facilitar las cosas al cliente. No se puede ser tan restrictivo.

¿Cómo afecta al sector la situación de Alvedro?

El gerente del Consorcio de Turismo, Moisés Jorge Naranjo, está en ello. Se ha incrementado el número de vuelos en estos últimos meses. Tenemos destinos nacionales, pero también internacionales, como París y Londres. Evidentemente, cuanto más fácil se lo pongas al cliente para llegar, más opciones tienes de que llegue. Yo creo que nuestro aeropuerto es clave. Coordinado con el aeropuerto de Santiago, que está cerca, nos puede dar muchas alegrías.