La Junta de Gobierno Local de hoy aprobará la licencia de obra para la reforma del edificio del antiguo cine Avenida, en los Cantones, un inmueble propiedad de Abanca y vacío desde 2007. El proyecto está firmado por la arquitecta coruñesa Elsa Urquijo, profesional de confianza de Amancio Ortega y Flora Pérez y que ha colaborado en múltiples proyectos vinculados a Inditex o a sus fundaciones: desde la tienda de Zara Home de la plaza de Lugo al centro de Padre Rubinos.

Planta baja del edificio, en un proyecto de septiembre de 2020. | // L. O. Enrique Carballo

La obra, que tendrá un coste estimado de 3,9 millones, adaptará el edificio para albergar parte de las oficinas centrales del banco, pero respetará los elementos originales de la fachada y mantendrá, rehabilitada, la sala de proyecciones.

El despacho de Urquijo terminó el proyecto original en abril de 2019, pero ha tenido que modificarlo en tres ocasiones ante los requerimientos municipales. El edificio está dentro del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de la Ciudad Vieja y Pescadería, y cuenta con protección de nivel II, la segunda más alta, por su valor histórico y cultural. Los informes municipales insistieron, entre otras cuestiones, en que se mantuviese el graderío de la sala de cine, y la comisión asesora del Pepri tuvo que autorizar el nuevo uso industrial propuesto para el edificio.

El graderío de la sala de cine se convertirá en un auditorio cerrado con un vidrio

De acuerdo con la última versión del proyecto que obra en el expediente, fechada el 30 de octubre de 2020 y definitiva excepto por algunas cuestiones referidas a la ornamentación, se rehabilitarán las fachadas del edificio hacia el Cantón y la calle de la Estrella, pero con fidelidad al edificio original. Así, se recuperarán “sus carpinterías y elementos ornamentales característicos” y se respetará el pórtico que da al Cantón.

En cuanto a la planta baja, la zona se mantendrá como “espacio público” y zona de transición entre la calle y la antigua sala de cine. Se recuperará la “configuración y proporción original”, con pavimentos decorados con motivos geométricos, un falso techo abovedado y vidrios curvos en los escaparates.

En la planta baja hay una zona de ambigú (donde en épocas pasadas se daban refrigerios). Actualmente de ahí parten escaleras: se mantendrá una, y otra se sustituirá por dos ascensores. También habrá un espacio de ambigú en la primera planta.

En cuanto a la sala de cine, se prevén conservar las puertas laterales originales con la calle de la Estrella y recuperar el graderío original; ahí se situará un auditorio de pequeño aforo, con un cerramiento de vidrio. Desaparecen las butacas, pero se mantiene el forjado de la zona en la que estaban situadas. Se mantendrá el falso techo de la sala, y sobre él se situarán oficinas.

El inmueble tiene dos volúmenes entre los que se sitúa un patio. Este no se rellenará, pero se cubrirá al nivel de primera planta “con un elemento ligero”. A la altura de la tercera planta habrá dos pasarelas. En cuanto a la construcción que da al Cantón, se mantendrá “el núcleo central” y los patios interiores, y se recuperarán las molduras del edificio “como único elemento decorativo”. En total, la parcela ocupa unos 765 metros cuadrados, y la superficie construida es de 3.957.

Una historia de décadas

El actual edificio, inmueble en 1941, fue el último proyecto diseñado por el arquitecto coruñés Rafael González Villar, que también planificó el Kiosco Alfonso. El cine abrió sus puertas en marzo de ese año, y se mantuvo durante décadas hasta que cerró en 1997, en plena crisis de las salas tradicionales. Al año siguiente sufrió un incendio.

El cine cerró en 1997 y pasó por las manos de Amancio Ortega y de Caixa Galicia

El inmueble, sitio en el número 7 del Cantón Grande, albergó viviendas y negocios que fueron desapareciendo. Amancio Ortega fue haciéndose con las diferentes propiedades, y en 2007 se convirtió en dueño completo del edificio, que luego vendió a Caixa Galicia.

La caja tenía, ya entonces, intención de convertirlo en un edificio institucional, pero, a pesar de estar situado pegado al inmueble de Afundación, permaneció sin uso catorce años. En 2017 el Concello requirió a Abanca, heredera de Caixa Galicia, que lo rehabilitase.

Como parte del estudio arqueológico, se realizaron cinco sondeos manuales. Se encontraron algunas estructuras y restos de muros, algunas relacionadas con el antiguo teatro Linares Rivas, que ocupó la parcela antes que el Avenida, y sus edificaciones anexas. También se hallaron otros restos, que se atribuyen a edificaciones más antiguas que había en la zona en el siglo XIX. La reforma deberá tener supervisión arqueológica, según señala un informe de Urbanismo.

Cuatro versiones del proyecto

El proyecto básico inicial se presentó por primera vez al Concello en agosto de 2019, cuando ya había recibido un informe favorable de la Dirección Xeral de Patrimonio. Al mes siguiente, la arquitecta municipal emitió un informe señalando que las obras propuestas excedían lo permitido, y se suscitaron algunas cuestiones competenciales con la Xunta.

La comisión asesora del Pepri inspeccionó el estado del edificio en julio de 2020 e insistió en que la reestructuración de la sala de cine tendría que respetar el graderío existente, lo que obligaba a cambiar el proyecto original.

En septiembre de 2020 Abanca presentó una modificación, nuevamente firmada por el despacho de Elsa Urquijo, pero la comisión asesora del Pepri insistió en que esta versión todavía necesitaban cambios y “no garantiza la recuperación del espacio de la sala”. En octubre llegó una tercera versión, que se aceptó con la sola puntualización de que se explicase la ornamentación interior en el proyecto técnico. En enero de 2021 se presentó la definitiva.