Y A Coruña volvió a vestirse de Entroido. Lo hizo tras dos años de alegrías comedidas y festejos silenciosos debido a la situación sanitaria. La ciudad volvió a salir a celebrar como solía hacerlo antes del revés de la pandemia, y lo hizo por todo lo alto, con desfile, comparsas, carrozas y toda la liturgia que se espera de estas fechas. Pero todo lo bueno se acaba, y A Coruña no iba a poner la excepción. Las celebraciones del Carnaval más esperado en décadas concluyeron ayer con la desentronización del Momo y el entierro de la sardina, que recordaron a los presentes los tiempos de antes.

Una de las viudas, con la sardina al fondo. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

La sardina recorrió, tras ser velada en el Circo de Artesáns, las calles San Andrés y Arenal en fúnebre comitiva, para emprender la marcha posterior al Campo da Leña, donde fue depuesto el Dios Momo. Ya en San Amaro, el entierro de la sardina puso punto y final al Entroido Coruñés, que fue sellado, de hoxe nun ano, con fuegos artificiales.