Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil han detenido a los tres miembros de una banda a los que se atribuyen unos 30 robos en casas aisladas, una veintena de ellos en las provincias de A Coruña y Pontevedra, y los otros diez en la comarca barcelonesa del Maresme. En el caso de los robos en A Coruña constan robos en viviendas de la ciudad y también en Cambre y Oleiros. Un juzgado de Barcelona ha decretado su ingreso en prisión.

En total habrían sustraído dinero y joyas por valor de 700.000 euros. Este importe no incluye los vehículos que sustraían de los mismos domicilios para desplazarse a otras zonas, de los que se han podido recuperar seis.

Según informaron ayer los Mossos, en julio de 2021, tras detectar que el grupo se encontraba en Cataluña y constatar la concatenación de robos entre Galicia y Cataluña, se creó un equipo conjunto de investigación con la Guardia Civil. Ambos cuerpos llevaban sus pesquisas de forma paralela, pero tras un robo en Oleiros se averiguó que el vehículo usado, pese a llevar colocada una placa de matrícula doblada, provenía de Barcelona, donde había sido sustraído con sus llaves cuando estaba estacionado en el garaje de una vivienda que había sido asaltada.

La organización se había especializado en robos en casas aisladas de urbanizaciones del extrarradio de Barcelona, preferentemente en horario de tarde y noche. Sus integrantes seleccionaban una zona donde cometer varios robos, para desplazarse después a otro punto de España, con el objetivo de dificultar la investigación policial y de seguir perpetrando robos del mismo tipo.

Cada viaje tenía una duración de entre tres y cinco días y durante ese tiempo el número de viviendas asaltadas era variable, pero siempre apostaban por aquellas aparentemente más ostentosas, que les podrían proporcionar un mayor botín. Además, cada cierto tiempo realizaban viajes a sus países de origen, lo que les hacía desaparecer de escena y de una eventual acción policial.

Se tiene constancia de que se habrían desplazado hasta Galicia, al menos en cinco ocasiones y que habrían cometido robos en viviendas ubicadas en A Coruña y Pontevedra. Habitualmente elegían viviendas cuyos habitantes no estuvieran en su interior, y eran extremadamente rápidos y sigilosos, ya que accedían al interior, cometían el hecho delictivo y huían en poco rato.