La refinería de Repsol inicia este jueves una parada aproximada de cinco semanas que no afectará a la actividad del complejo industrial. Los trabajos, que se desarrollarán en cuatro unidades del área de conversión, tienen como objetivo mejorar la eficiencia en el tratamiento de los combustibles para continuar con la reducción de emisiones y aumentar el procesamiento de biocombustibles. Con motivo de esta parada, las antorchas podrán tener en determinados momentos mayores dimensiones de las habituales. Se trata de una circunstancia normal del proceso, que se realiza de forma controlada y segura, según destaca la compañía.

Repsol destinará a esta actuación 9,7 millones de euros, de los cuales 6,1 millones se invertirán en el mantenimiento de las unidades y 3,6 millones se emplearán en el aumento de la producción de biocombustibles. Además del personal propio de Repsol, trabajarán 400 personas cada día y está previsto que se alcancen puntas de hasta 550 profesionales de 18 empresas auxiliares.

La planta de Hidrotratamiento es una de las inversiones más relevantes en esta parada. Se construirá un nuevo circuito de conexión para comunicarla con dos tanques de almacenamiento de materias primas de origen sostenible. El objetivo de esta actuación, valorada en más de 1,2 millones de euros, es comenzar a procesar este año más de 5.500 toneladas de biocombustible. Está previsto que la cifra vaya en aumento en los próximos años hasta llegar a superar las 10.500 toneladas a partir de 2024 y que alcance así un ahorro energético anual de 2.500 toneladas de vapor de agua, además de la reducción de 440 toneladas de CO2 al año.

Los trabajos también contemplan una inversión tecnológica dentro de las instalaciones para mejorar la competitividad de las unidades y reforzar la seguridad y control de la refinería.

La compañía recuerda que pretende convertir el complejo industrial a un modelo energético descarbonizado que contribuya a lograr el objetivo de cero emisiones netas en 2050.