La Opinión de A Coruña

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Caminar por quienes no pueden

La Fundación San Rafael gana el premio Telva por su proyecto ‘Moviéndonos por ellos’, destinado a mejorar la calidad de vida de los enfermos de ELA

La presidenta de la Fundación, Dolores Estrada, y una de sus integrantes, Rosina Sáenz . | // LA OPINIÓN

“El cáncer es igual para todos, pero no todos somos iguales frente al cáncer”. Una reflexión dura pero certera y un mensaje necesario en el que ponía el foco, este año, la campaña del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer. Al igual que el cáncer, la mayoría de las enfermedades graves o incurables causan un impacto dispar en la vida de quien la padece y de sus allegados. El mal no entiende de niveles económicos, pero sí sus consecuencias. En el caso de enfermedades como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), los recursos, a la hora de garantizar la calidad de vida del enfermo, son indispensables.

“Los recursos económicos en una enfermedad como esta son necesarios. Hay que asumir una serie de gastos en material que pueden no salvar al enfermo, pero sí mejorar su calidad de vida y la de sus cuidadores”

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La Fundación San Rafael, del hospital coruñés del mismo nombre, acaba de recibir el premio Telva a la Solidaridad a nivel nacional por su iniciativa Moviéndonos por ellos. Un proyecto que persigue un objetivo: el de articular un banco de productos de apoyo destinados a dar servicio a personas que padecen esta enfermedad, y que no siempre están al alcance de todos los bolsillos. “Los proyectos nacen de escuchar a las personas, a los enfermos, a sus familiares. De entender sus necesidades. Los recursos económicos en una enfermedad como esta son necesarios. Hay que asumir una serie de gastos en material que pueden no salvar al enfermo, pero sí mejorar su calidad de vida y la de sus cuidadores”, explica la presidenta de la Fundación San Rafael, Dolores Estrada. Camas articuladas, grúas, sillas especiales para aseo del enfermo y hasta máquinas con sensor del iris para favorecer la comunicación cuando la dolencia ya está muy avanzada. Toda una infraestructura imprescindible que, gracias a los 20.000 euros a los que asciende la cuantía del galardón, la Fundación podrá adquirir para prestar a aquellas familias que no dispongan del poder adquisitivo suficiente para costearla. “Solo la máquina del iris del ojo son 3000 euros, y es algo muy importante para ellos. Supone hacer una inversión para algo que en dos o tres años, si la persona fallece, ya no te va a servir. Ahí entra el banco, es material que podemos reciclar y prestar a otra persona que lo necesite”, señala Estrada.

Todos los materiales, para cambiar de dueño, tendrán que pasar un riguroso control de calidad y de higienización para asegurar su buen estado de funcionamiento

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Todos los materiales, para cambiar de dueño, tendrán que pasar un riguroso control de calidad y de higienización para asegurar su buen estado de funcionamiento. La gestión del material se hará a través de la asociación Agaela y el Hospital San Rafael. El proyecto busca, además, el fin de visibilizar la realidad de una de las enfermedades más duras para quien la padece y sus seres queridos. “Por desgracia, se trata de un proyecto que no tiene fin. Diariamente, fallecen dos enfermos de ELA en España, y otros dos son diagnosticados. Es una alegría poder hacer algo por ellos. Emprendemos el proyecto con gran ilusión”, asegura Estrada.

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