La Opinión de A Coruña

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“Me gustaría ver a una protagonista con talla 42 y que la trama no gire en torno a eso”

“Al sistema heteropatriarcal le interesa que estemos compitiendo y no haya sororidad”

Las actrices Mel Salvatierra y Ana Belén, en una representación de ‘Eva contra Eva’. | // JAVIER NAVAL

Mel Salvatierra actuará este viernes a las 20.30 horas en el Rosalía de Castro como parte del elenco de Eva contra Eva. En la obra, inspirada en el clásico estadounidense Eva al desnudo, de 1950, interpreta a una actriz joven que debe interpretar el mismo personaje que otra más veterana, encarnada por Ana Belén.

¿Cómo ha sido la actualización de la historia?

Pau Miró, el dramaturgo, ha hecho una visión muy actualizada. En la película una actriz joven, engañando, llega a hacerse con el puesto de la mayor. Eso aquí está fuera. Mi personaje da voz a una generación de actores y actrices que estamos peleando para poder trabajar, y no es malvada. Simplemente es revolucionaria y está enfadada con una industria que muchas veces no nos permite ni siquiera entrar.

¿De dónde viene esa indignación?

Yo la veo como un caballo desbocado, que es lo que nos pasa cuando eres muy joven, que verbalizas lo que piensas en el momento. Pero a la vez tiene unas bases y razón en lo que dice. Si como sociedad no nos enfadásemos un poco, no intentásemos cambiar las cosas, siempre estaríamos igual o iríamos atrás.

¿Ha visto esta rabia por no poder entrar en el circuito en la realidad?

Empatizo mucho con lo que dice mi personaje, porque yo misma y mis compañeros lo hemos dicho muchas veces. Ahora lo vivo con un poco más de calma. Hay una reglas de juego, que tenemos que intentar destruir y medio adaptarnos a ellas. Muchas veces si no te eligen no es porque seas buena actriz, sino porque no eres suficientemente rubia.

¿Qué reglas hay que destruir?

La raza, por ejemplo. Ves una película y una serie y no hay personas racializadas, o con tallas diferentes. Me gustaría ver una protagonista que tenga una talla 42 y que toda la trama no gire en torno a eso. Normalmente todas están delgadísimas y una actriz es la gorda y la trama gira en torno a eso. O un personaje gay y todo gira en torno a eso. Más diversidad, por favor.

¿Sigue rechazándose a actrices mayores por falta de atractivo?

Yo creo que sigue pasando. O sigues un canon de belleza muy estricto, o no estás. Los hombres pueden ser calvos y con barriga y está todo bien. Me pasa tener 25 años y hacer de novia con un actor que tiene 40. Siempre tenemos que ser más guapas, jóvenes y atractivas, y con cierta edad dejan de llamarte.

¿Cómo interactúa con el personaje de Ana Belén?

En la primera escena, cuando se conocen, tienen un enfrentamiento brutal. El personaje de Ana Belén está también enfadada con la profesión, un poco estancada, le da miedo perder su privilegio... Está quemada, y me salpica a mí. Hay mucha admiración hacia ella, pero también desencanto al ver que esa persona que me fascina se ha acomodado.

¿Qué aprende cada personaje de su relación con el otro?

Mi personaje aprende que esa persona que tanto admira puede volver a sorprenderla pero a la vez acaba decepcionándola otra vez.

Y fuera de los personajes, ¿cómo ha sido trabajar con Ana Belén?

¡Maravilloso! El primer día, cuando llegas al ensayo, llegas con miedo, pero ella me ha tratado como parte de la familia. Y el resto del equipo.

La obra original trasladaba la idea de la competitividad constante entre mujeres para conseguir atención. ¿Es extrapolable a la realidad?

Creo que no es real, que es una mirada masculina, antigua y un poco rancia (ríe). Esta mirada de que la mujer es un objeto de deseo, una arpía, y que estamos compitiendo todo el día. Creo que le interesa a cierta gente hacer ese retrato de nosotras. Pero, trabajando, mis compañeras siempre me han ayudado. En los castings, cuando me han elegido a mí se han alegrado, y cuando eligen a otra yo me alegro por ella.

Quizás los hombres seamos más competitivos y lo traslademos al mundo de las mujeres.

Yo creo que sí. No quiero decir que sean todos los hombres, pero forma parte del sistema heteropatriarcal, que estamos rompiendo, y que a lo mejor también interesa a ciertas partes que estemos enfadados entre nosotros y compitiendo todo el día en vez de que haya una sororidad real entre todos para cambiar cosas.

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