La Opinión de A Coruña

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El amarre de la flota de bajura de A Coruña por el precio del gasoil dejará a los mercados sin pescado fresco

Los pescadores del sector en toda España pararán hasta la reunión de las cofradías el miércoles con el ministro | La asociación coruñesa Ascentra se suma a la huelga de los transportistas, cuyos efectos negativos se agravan

Barcos pesqueros amarrados en la dársena de Oza del puerto de A Coruña.

“Si hay pescado va a ser muy poco, quizás de piscifactoría o congelado”, advierte Felipe Canosa, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores y Mariscadores de A Coruña sobre lo que les espera a los consumidores de la ciudad el próximo lunes tras el acuerdo adoptado en la noche del jueves por la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores para amarrar toda la flota hasta la reunión que mantendrá esta organización el miércoles con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. El paro supondrá la paralización de 4.000 embarcaciones en la comunidad gallega y unas pérdidas de 12 millones de euros en ventas de pescado fresco, según fuentes del sector.

Interior de la nave de la Lonja del puerto de A Coruña el pasado jueves M. Dylan

Los elevados precios del combustible, que hacen imposible la rentabilidad de la actividad pesquera, están detrás de la decisión de las cofradías, que en A Coruña solo afectará a la flota de bajura, ya que los barcos de altura no pertenecen a la entidad. La posibilidad de que alguna embarcación opte por salir al mar y de que barcos que estén de marea en el Gran Sol lleguen a puerto en los próximos días harán que la Lonja coruñesa permanezca abierta a pesar del amarre de la bajura, según explicó el presidente de la empresa, Juan Carlos Corrás, quien recuerda que la instalación “no cierra nunca porque es un servicio público” y están obligados por ley a mantener su actividad.

Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, considera que “la sostenibilidad del sector pesquero está ahora mismo en manos del ministro Luis Planas” , por lo que espera propuestas contundentes e inmediatas, si no, el sector pesquero se va a pique”. “La entidad justificó el amarre de todos sus asociados por “la gravísima situación que atraviesa el sector pesquero”.

Frente a la negativa por el momento del Gobierno español a adoptar iniciativas que disminuyan el impacto del alza de los carburantes en este sector, el Ejecutivo francés anunció ya que rebajará en 35 céntimos el precio del litro gasoil a los pesqueros, lo que les dejará el coste final en 65 céntimos, mientras que en Portugal se aprobó una reducción de 34 céntimos por litro.

Felipe Canosa manifiesta que en la bajura coruñesa “la mayoría están dispuestos a parar” aunque a cada segmento de la flota los precios del combustible le afecta de un modo diferente. Para una embarcación de unos siete metros como la suya, que consumía anteriormente unos 400 euros al mes de combustible, el coste ha subido en las últimas semanas por encima de los mil euros, según destaca el patrón mayor. La situación es aun peor para los barcos del cerco, que efectúan largos recorridos y por lo tanto tienen un alto consumo de gasoil, así como en los que faenan en el Gran Sol, que cargan en sus bodegas 50.000 litros de combustible.

En el caso de los pescadores, este alza de precios no puede traducirse a los productos, ya que Canosa señala que “no se puede doblar el precio del pescado”. También señala que el hecho de que la mayoría de los aparejos estén elaborados con derivados del petróleo incrementa de forma notable su coste y que el anuncio del Gobierno de que subirá los tramos del IRPF hará que el propietario de una embarcación como la que posee tenga que abonar un 37% de sus ingresos por este impuesto.

Los profesionales de la bajura tienen que hacer frente además a la amortización del coste de sus embarcaciones, que se sitúa en torno a los 100.000 euros para las de pequeño tamaño, a lo que hay que añadirlos gastos de mantenimiento durante su vida útil.

En la Lonja, a los problemas de la flota para faenar se suma el bloqueo que sufre el puerto por parte de un sector de los transportistas agrupado en la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera. El presidente de la Lonja admitió que el lunes habrá menos pescado para comercializar y expresó su “preocupación” por las pérdidas que está sufriendo el sector tras unos “meses complicados”, en referencia a los problemas que generó la pandemia ante el cierre de la hostelería.

Tras la destrucción el pasado jueves de cuatro toneladas de pescado que no podía ser vendido ya como fresco al haber pasado varios días en las neveras de la Lonja, Juan Carlos Corrás señaló que por el momento no ha habido que deshacerse de más capturas, aunque en los próximos días tendrá que adoptarse la misma medida si continúa la huelga. Por esta razón insistió en su reclamación de que se abran corredores seguros para la circulación de productos estratégicos, como medicinas o alimentos, entre los que debe figurar el pescado.

La asamblea de la Asociación Coruñesa de Empresarios del Transporte (Ascentra) decidió en la noche del jueves en una asamblea “por una mayoría contundente” secundar el paro al considerar “agotadas las vías de negociación con el ministerio por su pasividad para alcanzar un acuerdo”, según explicó el presidente de Ascentra, Antonio Señarís. En su opinión, las medidas propuestas el jueves por el Gobierno “son insuficientes y con poco criterio”.

La decisión de los afiliados a este colectivo, integrado en la Federación Empresarial de Transporte de Mercancías por Carretera de Galicia (Fetram) no supondrá sin embargo que un mayor número de camiones dejen de circular, ya que en la actualidad ya se encontraban parados.

La actuación de los piquetes de huelguistas en las carreteras españolas ha llevado al Cuerpo Nacional de Policía Nacional y a la Guardia Civil a detener a 29 personas y denunciar a otras 332 en los incidentes ocurridos desde el pasado lunes y primera hora del sábado. Durante ese periodo, los agentes escoltaron a 714 convoyes de camiones, según el Ministerio del Interior.

Ese departamento del Gobierno mantiene un dispositivo de seguridad formado por 23.600 policías y guardias civiles para garantizar el abastecimiento de productos esenciales a la población y actuar ante posibles piquetes violentos. La operación se centra en escoltar convoyes de suministros, patrullar y dotar de seguridad a los centros logísticos y nudos de transporte de mercancías y prevenir y actuar contra piquetes violentos.

Una de las empresas coruñesas perjudicadas por esta huelga, el grupo Calvo, anunció que el lunes cerrará su fábrica de conservas ante los problemas para garantizar la salida de producto y la entrada de suministros. Su decisión se produjo después de que Hijos de Rivera, fabricante de Estrella Galicia, advirtiera esta semana de la posibilidad de un paro en su producción ante las dificultades que padece para recibir materias primas y distribuir sus productos.

La huelga afectó durante la semana a los polígonos industriales de A Coruña y su área metropolitana, en los que el transporte en camiones fue prácticamente inexistente y tan solo circularon furgonetas que realizaron pequeños movimientos de mercancías. Esta misma situación se produjo en el mercado de frutas y en el matadero, ambos en Agrela, cuya actividad fue muy reducida ante la posibilidad de que lleguen y salgan los productos.

La ganadería es otra de las actividades seriamente perjudicadas por la huelga, lo que llevó al conselleiro do Medio Rural, José González, a reclamar el sábado que el Gobierno central garantice la llegada de alimentos a las explotaciones ganaderas y la salida de la leche de las granjas y de la carne de los mataderos, tanto por la repercusión económica que tiene la paralización actual como por la supervivencia y bienestar de los animales.

González recordó que se trata de productos perecederos que no admiten prórrogas ni retrasos, por lo que opinó que la Guardia Civil debería escoltar a los transportistas que no secundan el paro. El conselleiro solicitó al delegado del Gobierno que identifique corredores seguros para la distribución de los servicios esenciales para la población, incluso con la participación del Ejército si fuera preciso.

Una de las empresas del sector ganadero, la cooperativa CLUN advirtió por su parte de que la situación derivada del paro del transporte es ya “sumamente crítica” para el sector ganadero y para la actividad transformadora y distribuidora de productos lácteos. “Pese a los esfuerzos para seguir proporcionando suministros que garanticen el bienestar animal en el ganado, así como para continuar con la actividad de transformación y distribución, el sector se encuentra al límite de su capacidad de respuesta”.

Las empresas de este sector llegaron a un pacto con los huelguistas para que los cereales que se desembarcan en los puertos sean transportados a las granjas y a las fábricas de pienso en camiones de estas propias firmas, lo que se produjo durante los últimos días en los muelles de A Coruña, cuya dársena es el principal punto de llegada de esos productos en el noroeste de la península.

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