Aplausos, abrazos y mucha emoción. Es lo que vivieron las 30 personas ucranianas, en su mayoría mujeres y niños pequeños, que desembarcaron ayer en la ciudad con el objetivo de encontrar un hogar provisional lejos del horror en el que se está sumido su país tras la invasión rusa. Al volante de los autobuses que los trajeron hasta A Coruña, los Bomberos y la Policía Local, impulsores y ejecutores de la iniciativa. El convoy entró al filo de las 22.00 de la noche en el Parque de Bomberos de la avenida de Arteixo. Allí les esperaban las que serán, a la espera de tiempos mejores, sus nuevas familias. Algunas de A Coruña, otras de Ordes o de Santiago. La mayoría, sin vinculación previa con Ucrania, y movidos únicamente por la empatía con una guerra que, al fin y al cabo, no se siente tan lejana.

Un grupo de mujeres y niños ucranianos, en A Coruña. | // CARLOS PARDELLAS Marta Otero Mayán

“Hay que implicarse cuando la gente nos necesita. Te pones en su lugar y analizas el esfuerzo que supondría para ti, y te das cuenta de que es un esfuerzo que merece la pena”, cuenta María, .que acogerá en su casa, desde hoy, a una mujer con su hija. A la vivienda de una de sus amigas irá la hermana de esta última con sus dos hijos. “Así no separamos al núcleo familiar. La idea es que podamos buscarles una vivienda para que estén juntas”, añade.

Es también la pretensión de Vania e Hipólito, un matrimonio de Ordes que brindará calor y techo a otra familia. “Teniendo la posibilidad de aportar nuestro granito de arena, decidimos ponernos en contacto con la asociación. Solo hay que ver las imágenes que pasan por la televisión”, decía Vania, mientras aguardaba, nerviosa, la entrada de los autobuses. Quienes tampoco podían ocultar sus ansias por la llegada eran las familias de los bomberos y policías que formaron parte de la expedición, que vivieron estos días con una mezcla entre el orgullo por sus familiares y la incertidumbre propia de un viaje que comporta 3.000 kilómetros de ida y 3.000 de vuelta.

Miembros de AGA Ucraína aplauden la llegada del convoy. | //C.PARDELLAS

Todas las angustias que pudiesen existir se disiparon cuando los tres microbuses de los bomberos entraron en el parque. Allí fueron recibidos por representantes de la asociación AGA-Ucraína, que hicieron sonar el himno de Ucrania, banderas en alto, mientras las familias iban bajando de los vehículos. “Vamos a estar ahí, tanto la Policía como los bomberos, para lo que nos necesiten. Queremos que esta nueva etapa con las familias sea también con nosotros”, señaló uno de los bomberos, David Hermida.

Tampoco faltaron, para darles la bienvenida a los recién llegados, la alcaldesa, Inés Rey, y la concejala de Benestar Social, Yoya Neira, junto a quienes aguardaban profesionales del Servicio Municipal de Atención a Emergencias Sociales (Semus), desplazados al lugar para atender a uno de los niños ucranianos, afectado por una enfermedad. Para el cierre, mientras que los refugiados se veían las caras con quienes les brindarán su nuevo hogar; una palabra, la más repetida tanto por los bomberos como por la alcaldesa: familia. “Todos los ciudadanos de A Coruña somos ahora vuestra familia y vuestro hogar. Esperamos que podamos realizar pronto el viaje de vuelta, pero mientras tanto, aquí estamos con los brazos abiertos para cuidar de vosotros. Bienvenidos”, prometió la regidora.