La Opinión de A Coruña

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Una empresa adquiere el edificio de Palavea al comprar a la Sareb el préstamo bancario

La sociedad estatal era la propietaria del crédito, del que el inmueble era su garantía | El Concello había solicitado su cesión para pisos de alquiler social

Edificio de Palavea que tutelaba la Sareb. | // VÍCTOR ECHAVE

Los 55 pisos construidos en Palavea por la inmobiliaria Epamar en Palavea, finalmente no serán destinados a alquiler social mediante un acuerdo entre la Sareb y el Concello. La sociedad estatal conocida como el banco malo, que era la propietaria del préstamo bancario que se concedió a la constructora, acaba de vendérselo a una empresa. El edificio figuraba como garantía de ese crédito, por lo que ahora pasará a manos del dueño de esa operación financiera.

El Gobierno local había solicitado a la Sareb la cesión de esas viviendas para que fueran destinadas al alquiler social, una iniciativa que el Concello de Miño ya puso en marcha con algunos de los inmuebles de la urbanización que Fadesa dejó inacabada en ese municipio. La Sareb argumentó entonces que no era propietaria del edificio, sino tan solo del préstamo, y que el Juzgado de Primera Instancia número 2 había ordenado la subasta de las viviendas con un precio de salida de 9,2 millones para saldar la deuda que Epamar tenía con la propia sociedad estatal y los afectados por la quiebra de la constructora.

La previsión era que el banco malo se quedase con el 60% de la cantidad obtenida y que el resto de acreedores se hiciera con el 40% restante. Pero la puja no llegó a llevarse a cabo al alcanzarse un acuerdo con un comprador del préstamo.

El inmueble de Epamar generó polémica en Palavea a causa de la ocupación de algunas de las viviendas por personas que ocasionaron problemas de orden público en el barrio, ya que se mostraban violentos con los vecinos, a los que también causaban molestias. Una de estas personas llegó incluso a alquilar algunos de los pisos a otros ocupantes ilegales.

Esta situación hizo que los residentes reclamasen a la Sareb que se tapiasen las puertas y ventanas del inmueble para evitar la entrada de estas personas, aunque la entidad rechazó hacerlo con el argumento de que no tenía la propiedad plena de la edificación. Aunque el Concello solicitó esa misma intervención al juzgado que se encarga de la quiebra de Epamar, también recibió una respuesta negativa porque el proceso judicial aún estaba abierto.

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