Entrevista | Antonio L. Pastor Presidente de la Asociación de Directores de Colegios Públicos de A Coruña
“Que haya tantas vacantes no es bueno, los colegios vivimos de nuestros alumnos”

Antonio Pastor, en su despacho en el CEIP Curros Enríquez. | / LOC
¿Cómo afecta la baja natalidad a la organización de los cursos en los colegios?
Este año los centros públicos hemos notado el bajón en la natalidad más que otros. El año pasado baremábamos muchos, este no, y no es habitual. La incidencia la hemos notado todos, unos de forma más clara que otros. Algunos podrán perder un aula, aunque otros las ganaron y tuvieron más de las que deberían al tener que separar alumnos debido a las medidas contra el COVID-19.
¿Es mejor que haya muchas listas de espera o muchas vacantes?
Ni una cosa ni otra es mejor. Para las familias no es bueno que haya muchas listas porque algunas no podrán escoger su colegio de preferencia para sus hijos. Para los centros, tampoco porque perdemos unidades y personal. Y que haya vacantes no es bueno porque vivimos de los alumnos. También es cierto que hoy hay muchos centros unos al lado de otros. Eso provoca, por ejemplo, que en Curros Enríquez hayamos tenido pocas solicitudes y a 100 metros Zalaeta tenga muchas, pero no tantas como otros años. Y los niños que se queden fuera en Zalaeta podrán tener plaza en Curros.
¿A qué achaca un docente como usted los pocos nacimientos?
Ya no existen familias de cuatro hijos, sino de dos como mucho. Cambia la sociedad, las familias se contienen. Habría que preguntar a las familias por qué. Económicamente vivimos mejor ahora que hace cincuenta años y se puede mantener a familias numerosas, pero hoy es más normal que trabajen el padre y la madre y eso complica tener tiempo para los hijos.
¿Retrasan los padres el momento de escolarizar a los hijos?
No es habitual en A Coruña.
Hubo miedo a hacerlo en los peores momentos de la pandemia. ¿Se ha superado?
En el primero año hubo una pequeña reticencia a matricular a los niños de tres años. El índice fue bajo, no fue significativo, y el miedo se perdió al siguiente. Más que miedo, prefiero hablar de respeto al COVID, que seguimos teniendo, lo que no quiere decir que tengamos que vivir con miedo a hacer actividades habituales o volver a la vida normal. Se cumplen los protocolos, por eso hemos avanzado bien. Los niños están vacunados y han bajado los índices de contagios en los centros.
¿Cómo asumieron los niños la inquietud sanitaria?
Están muy concienciados. Saben lo que es la pandemia y siguen socializando con prudencia, sin quitarse la mascarilla y cumpliendo los protocolos. Los docentes no necesitan advertirles que deben subírsela si la llevan baja. Que socialicen con normalidad es bueno. Entre las familias, los colegios y las administraciones hemos hecho un trabajo conjunto para orientar bien a los niños.
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