La Opinión de A Coruña

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Sin luz en el bar por un ocupa

El dueño de O Corno, en la Barrera, denuncia ante la Policía los cortes de luz que le impiden realizar su trabajo, provocados por un vecino instalado de forma ilegal

El hostelero Jacobo Montero, en la Barrera, con el edificio ocupado a sus espaldas. | // VÍCTOR ECHAVE

Desde hace unas semanas, la rutina de Jacobo Montero, el dueño de O Corno, en la calle Barrera, está marcada por la incertidumbre. Un infierno al que tiene que hacer frente día a día y para el que no encuentra solución. De momento. “Los dos primeros pisos del edificio están ocupados y uno de los ocupas se engancha a la luz. Ya van varios días que me deja a mí sin luz y no puedo atender a los clientes”, explica.

Los problemas en el número 30 de la calle Barrera empezaron a inicios de este 2022, cuando el Ayuntamiento tuvo que tapiar el piso que posee en la tercera altura del edificio para evitar ocupaciones. La Policía Local intervino en varias ocasiones para pedir a las personas que habitan en los otros pisos del inmueble de forma ilegal que los abandonaran, ya que sin una orden judicial no puede expulsarlos.

Montero detalla que los dos primeros pisos “siguen ocupados” y la situación está afectando directamente a su negocio. “En los últimos ocho días, no pude trabajar cuatro. Me quitan la luz”, protesta, y añade “es desesperante”.

Ya se ha enfrentado en alguna ocasión al ocupante, para pedirle que no se enganche a su luz, pero no ha conseguido nada. “Como no hay comunidad de vecinos, no puedo hablar con nadie. Ya lo he denunciado en la Policía varias veces”, informa. Sin embargo, sabe que la respuesta no va a llegar pronto. “Mínimo hasta dentro de dos años no hay una sentencia”, reflexiona Montero.

Para Montero, es un “sinvivir”. “No veo horizonte al que llegar. Todavía no he salido de las deudas del COVID y ahora esto. Me siento muy desamparado”, confiesa el hostelero, que en la última semana se vio con el local lleno, “con la gente comiendo y se fue la luz”. También le quitó el suministro una noche, lo que hizo que “las neveras estuviesen apagadas durante diez horas”, con lo que eso conlleva.

El propietario de O Corno insiste en que esta es su fuente de ingresos, por lo que la situación no se puede prolongar en el tiempo. “Varias personas trabajamos de esto. Ya vamos con pinzas, por la escasez de productos, y no poder abrir es desesperante”, expone Jacobo Montero, que informa que uno de los ocupas también entró a robar en su bar y lo intentó una segunda vez.

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