Francisco Lorenzo dirige el apartado de Acción Social de Cáritas, y este miércoles a las 13.00 horas estará en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidade da Coruña (UDC) para hablar del proyecto Moda re- que la entidad impulsa desde hace una década. El proyecto, que da trabajo a 1.134 personas, recoge unos 41 millones de ropa desechada al año, que en parte se venden, en parte se entregan a personas que lo necesitan y en parte se trasladan a empresas textiles que la reciclan. En la sesión participará el rector de la UDC, Julio Abalde, la vicerrectora de Responsabilidad Social, María Jesús Movilla, el presidente del Concello Social de la institución académica, Antonio Abril, el decano de la facultad que acoge la charla, Manuel Gómez, la directora de la cátedra Inditex-UDC de Sostenibilidad, Marta Rey, y el director de Sostenibilidad de Inditex, Javier Losada.
¿Cuál es la filosofía de la que parte esta iniciativa?
Hay un punto de partida que seguro que todo tenemos en la memoria: “La bolsa de ropa que ya no quiero la llevo a la parroquia”. Cáritas ha estado vinculada a los roperos y a la entrega solidaria de ropa desde hace décadas. Pero surgió la idea de que la entrega fuese lo más digna posible para las personas que necesitan apoyo, para que no se percibiese como humillante. Y la gestión de la ropa rechazada, con la normativa europea, empezó a parecerse a la gestión de residuos. Estas dos cuestiones nos hicieron pensar en un proyecto que incorpore intentar que la gente pueda ganarse la vida y que sea más autónoma, con formación y empleo.
¿Cuándo crean Moda re-?
Se empezó a constituir, aún sin este nombre, hace diez años, para gestionar la ropa que recibimos, pensando en cómo clasificarla y buscar alternativas para entregarla de forma solidaria y digna, un proceso que genera puestos de trabajo para personas que lo están pasando mal.
Según los datos de Moda re-, gestionan 41 millones de kilos de ropa usada al año, el 40% de los que se desechan en todo el país. ¿Cómo procesan estas cantidades?
El modelo de recogida está basado en la instalación de contenedores en la vía pública y en espacios privados, con convenios con ayuntamientos o con empresas como El Corte Inglés y Alcampo. Se hace una recogida de proximidad, a través de furgonetas, y de ahí se transporta en camiones a tres grandes plantas industriales, que yo diría que son de las tres mejores a nivel europeo en esto, y que tienen una inversión muy fuerte en tecnología. Ahí clasificamos la ropa. Ninguna de ella está en Galicia, si bien aquí tenemos plantas intermedias para la primera clasificación.
¿Tienen datos de la comarca de A Coruña?
No, pero sí de Galicia. Recogemos aquí dos millones de kilos, de los 41 de toda España. Y de los 6.500 contenedores, tenemos 356 en Galicia.
¿Cómo clasifican la ropa?
Por una parte extraemos la ropa que tiene buena calidad, suficiente para volver a ser usada. Esa camisa que ya no me pongo pero que todavía está bien. La que tiene una calidad peor la clasificamos en función a su composición, algodón, fibra, licra, lo que sea. Ahí hicimos una inversión fuerte en maquinaria: pasamos una camiseta por un escáner y te dice la composición.
¿Y qué hacen con esta ropa de buena calidad?
Ponerla a la venta en las tiendas que tenemos, que en toda España son 118. Quince están en Galicia; en A Coruña y Santiago estamos como Arroupa, con cuatro tiendas [en la ciudad hay una en la calle Barcelona, 15, y hay otra en Arteixo, en la Avenida del Balneario, 51]. Ahí se vende la ropa. No son, por su aspecto, tiendas sociales, sino tiendas perfectamente normalizadas. Las personas que antes venían al ropero, que era un local concreto, ahora pueden ir allí y recibirla con un vale gratuitamente. Pero sin que nadie sepa cuál es su situación.
Y cualquiera puede ir y comprar de manera normal.
Sí, ropa muy chula, de buena calidad y a precio muy económico. Y al lado va otra persona que paga con un vale; pero nadie sabe quién es quién. Lo que se intenta es normalizar completamente.
¿Y qué hacen con la ropa que no tiene calidad suficiente como para revenderse, una vez que han analizado su composición y la han dividido?
Trabajamos con empresas de hilaturas. Hay una normativa europea que obliga a entender el textil como un residuo más, y que va a obligar a España a reciclar una cantidad importante de lo que se produce. Tras nuestra clasificación, las hilaturas pueden hacer prendas totalmente normalizadas: Mango, Inditex... Les permite sacar colecciones a partir de material reciclado.
¿Qué parte se revende, cuánta se recicla y cuánta se pierde?
Hoy se pierde muy poca. Hay una parte muy residual, el trapo manchado en aceite que dejan en el contenedor, que no hay quien lo salve. Esa parte pequeña se quema para generar energía. Y cuando entre la normativa europea en vigor esta casuística va a ser mínima. El 100% del residuo textil se está aprovechando. De él, un 60% se puede reutilizar, y el resto se recicla.
Moda re-, según sus estadísticas, da trabajo a 1.136 personas, la mitad procedentes de situaciones de exclusión social. Y también encaja con las tendencias para reducir el impacto al medio ambiente.
Nadie asocia a Cáritas con esto; se nos asocia tradicionalmente con la entrega de ayuda, las colas del hambre... Pero también hacemos un trabajo de formación importantísimo, con más de 80.000 personas. Al final, la gente lo que quiere es ganarse la vida por sí misma, a ninguno nos agrada estar obligados a pedir ayuda. Y con lo que desde luego nadie nos vincula nunca es con el tema medioambiental. Pero el Papa, con la encíclica [Laudato si, del 24 de mayo de 2015, en la que apostó por el cuidado del planeta], ha dado un fundamento teórico y teológico que encaja perfectamente con el trabajo que estamos haciendo. También tenemos que encargarnos de este espacio común compartido que tiene que ver con lo medioambiental.
En la charla del miércoles estarán el director de Inditex, Javier Losada. ¿Tienen una colaboración activa con el grupo coruñés?
Sí. Inditex nos está apoyando mucho en dos sentidos. Uno es el de las iniciativas de generación de empleo, no solo en lo que tiene que ver con la ropa, sino también con formaciones en la hostelería, en el cuidado de personas mayores... Y para ellos, el tema de reciclado y reutilización textil es algo que les ocupa y que les preocupa. Están haciendo una apuesta de generar oportunidades conjuntas entendiendo y respetando nuestra fórmula.
