La asociación AGA-Ucraína se volvió a reunir ayer en la plaza de María Pita para mostrar su repulsa a la guerra. Para escenificar el horror que se está viviendo en sus ciudades, la entidad colocó zapatos y juguetes en el suelo y algunos de los asistentes se acostaron en la plaza, como si estuviesen muertos. Es un símbolo de todas las vidas que se están destruyendo y que han quedado quebradas por el ataque de Rusia. Bomberos y miembros de la Policía Local de A Coruña partieron la semana pasada con destino a la frontera con Ucrania para traer a la ciudad a 45 refugiados. En el autobús llevaban también ayuda humanitaria.

Apoyo a Ucrania en María Pita y en la carretera | LA OPINIÓN