Y los focos se apagaron cuatro meses después. La muestra Peter Lindbergh: Untold Stories -impulsada por la ahora presidenta de Inditex, Marta Ortega-, que reunía en el muelle de la Batería una cuidada selección de algunas de las manifestaciones más señaladas del fotógrafo británico se despide definitivamente del puerto de A Coruña. Lo hace dejando un legado envidiable: los más de 100.000 visitantes que se acercaron, a lo largo de los cuatro meses que permaneció abierta, a recorrer sus estancias, disfrutar de las creaciones del fotógrafo, admirar la rehabilitación del espacio portuario y tomar un café en el silo convertido en cafetería.

Los responsables de la muestra, promovida por Marta Ortega -a quien unió una gran amistad con el fotógrafo homenajeado en esta muestra- han deslizado, no obstante, que esa despedida puede no ser tan definitiva como se espera de una exposición a la que se le augura un periplo de sus características. La pista la ha dado un vídeo de Instagram publicado en el perfil oficial de la muestra, en el que toman parte figuras ligadas a la muestra, tales como el hijo del fotógrafo, Benjamin Lindbergh, el presidente de la Autoridad Portuaria de A Coruña, Martín Fernández Prado, la responsable del espacio, Leticia Castromil, el coordinador del programa educativo de la Exposición, José Manuel Mesías Lema, y los gerentes del espacio de cafetería, Graciela Tallón y Víctor Egoavil.

"Sé que esto es exactamente lo que Peter Lindbergh habría querido para su exposición. Desde el principio supimos que llevaría mucho trabajo, pero ha merecido la pena. El hecho de que hayamos podido mostrar Untold Stories de la forma en la que Peter la concibió es algo que pasa raramente. Es una bendición", concede el hijo del fotógrafo al inicio del vídeo. En la misma pieza, el presidente de la Autoridad Portuaria destaca la calidad de la muestra, pero también las posibilidades del espacio que fue su casa estos meses, que deja el listón alto para la sala que lo suceda. "No se trata de buscar un sitio en una de las salas más conocidas de España, sino de buscar una ciudad mediana más pequeña, un espacio que no había albergado arte y que abre un campo de oportunidades a este espacio portuario", asegura Fernández Prado.

Sobre el espacio en el que se asentaron las creaciones de Lindbergh se ha hablado y escrito mucho estos meses, casi igual o en mayor medida que en su contenido. "No solo es el contenedor, sino que el espacio nos recuerda a las fotos de Peter Lindbergh, adquiere interés para la ciudad y los espectadores", adelanta el coordinador del programa educativo, Mesías Lema. Los que han sido sus responsables a lo largo de estos cuatro meses refrendan su visión. "A Coruña siempre ha estado muy ligada al arte y a la cultura, por eso creo que esta exposición encaja perfectamente en la ciudad", añade Leticia Castromil. "Es un evento trascendente que ya es parte de la historia de A Coruña", señalan los responsables del espacio de cafetería.

Pero quien da la clave sobre el porvenir de la muestra y el espacio es, de nuevo, el hijo del fotógrafo, que lanza un órdago a la ciudadanía coruñesa antes del final del vídeo. "Es el fin de la exposición, pero creo que esta energía cultural continuará y más cosas vendrán a A Coruña. Esto solo es el principio", adelantó. La imagen que cierra la pieza subraya sus palabras. Sobre los contenedores industriales que un día dieron la bienvenida a los visitantes a la muestra, ahora aparece proyectado otro rótulo: To be continued. November 2022.