La Opinión de A Coruña

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Los condenados por el crimen de Samuel, en libertad vigilada 3 años tras su internamiento

El acuerdo incluye que los dos jóvenes cumplan los tres años y medio en régimen cerrado en un centro de menores por asesinato. Ya han completado nueve meses de reclusión

Entrada de uno de los investigados por el crimen de Samuel, en los juzgados. | // VÍCTOR ECHAVE

Los dos jóvenes condenados por la agresión mortal que acabó con la vida de Samuel Luiz el pasado 3 de julio tendrán que cumplir una pena de tres años de libertad vigilada tras haber salido del centro de menores en el que estarán hasta que completen los tres años y medio de internamiento en régimen cerrado que aceptaron antes de que se celebrase el juicio por la causa. Tal y como adelantó ayer LA OPINIÓN, los dos adolescentes —uno de ellos sigue siendo menor, pero el otro ha cumplido la mayoría de edad en 2022— aceptaron la condena por asesinato de Samuel Luiz a principios de este mes y, en la pena se incluye también una compensación económica a la familia del fallecido y se recogen los daños ocasionados a Ibrahima y Magatte, los dos hombres senegaleses que auxiliaron a Samuel al intentar separarlo de sus agresores.

Los dos jóvenes, que están privados de libertad desde el 9 de julio, cuando pasaron a disposición judicial, continuarán en el centro especializado de menores hasta que completen los tres años y medio de internamiento que dicta la sentencia y, después, pasarán a estar en libertad vigilada durante tres años más.

Si no hubiesen llegado a un acuerdo con la familia de la víctima, con la Fiscalía de Menores, y con los representantes de Ibrahima y Magatte, ambos tendrían que salir del centro en el que se encuentran al cumplir los nueve meses que establece la ley como plazo máximo de internamiento a la espera de juicio —esos nueve meses que pasaron internos cuentan como cumplimiento de condena, por lo que les quedarían todavía dos años y otros nueve meses para cancelar la parte de la condena que establece el régimen cerrado—.

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) informó este miércoles de que los dos jóvenes cumplirán la medida de libertad vigilada una vez hayan acabado con sus tres años y medio de internamiento en el centro de menores.

El hecho de que se haya saldado con acuerdo y sin juicio la parte de los dos menores implicados en la muerte de Samuel Luiz, no implica que el proceso judicial se haya cerrado. Queda todavía por juzgar a los cinco mayores de edad que siguen investigados en el caso. De ellos, tres varones están en prisión desde el 9 de julio. Una chica está en libertad, pero con obligación de comparecer periódicamente en el juzgado, también desde el 9 de julio. Otro de los detenidos, el séptimo, entró en prisión a finales de septiembre, pero la Audiencia Provincial lo dejó en libertad también con obligación de comparecer en el juzgado, a principios de noviembre, al entender que no había motivos para que siguiese privado de libertad.

La investigación del caso —que dirige la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña— no se ha cerrado todavía, por lo que no se han decidido los cargos que se le imputarán a cada uno de los investigados, que podrían ser homicidio o asesinato, como en el caso de los menores de edad. Al cuarto de los arrestados —varón y mayor de edad— se le investiga también por apropiación indebida al haberse llevado del lugar de los hechos el móvil de la víctima —y tirarlo después a la basura—.

En el sumario consta que Samuel Luiz falleció por los múltiples golpes recibidos durante aproximadamente seis minutos, en la agresión que sufrió cuando estaba en el paseo de Riazor. El cadáver del joven tenía golpes en la boca, en la nariz, en la oreja y también un golpe en la cabeza, en la parte derecha del cráneo. Además de las pruebas que soliciten las partes, la instructora está pendiente de la respuesta de Estados Unidos a su solicitud para que Meta —la empresa propietaria de Facebook, Instagram y Whatsapp— le permita acceder a los mensajes que los sospechosos se intercambiaron esa noche y que borraron antes de que la Policía Nacional les solicitase el acceso a sus teléfonos para hacer el volcado de sus datos.

Los investigadores tuvieron que analizar miles de fotos y mensajes no solo para intentar saber qué papel jugó cada uno de los integrantes de la pandilla en la pelea mortal, sino también si hubo un componente homófobo en el ataque, ya que, según relató la amiga que estaba con Samuel en ese momento, el joven que le increpó por primera vez le llamó “maricón”.

Algunas de las personas que testificaron ante la Policía Nacional declararon que habían escuchado cómo uno de los miembros de la pandilla calificaba de “maricón de mierda” a Samuel Luiz, después de la agresión. La asociación ALAS Coruña se personará como acusación popular en la causa de los mayores de edad —la ley del menor no contempla esta figura— para saber si hubo motivación homófoba o no en el ataque, ya que Samuel era homosexual. Será un jurado popular quien se encargue de juzgar este caso.

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