La Opinión de A Coruña

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El Concello redacta el plan especial de la Torre tras trece años como patrimonio mundial

La norma, que empezó a tramitarse en 2013 pero no se ha concluido, busca garantizar la preservación del entorno del faro, sin construcciones en la zona más próxima u El plan general prevé viviendas en la cantera de Adormideras

Zona del Agra de San Amaro, con la Torre al fondo. | // CASTELEIRO

El Concello ha sacado a licitación el contrato de asistencia técnica para la redacción del Plan Especial de la Torre de Hércules previsto en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) que entró en vigor en 2013. Este proyecto pretende garantizar la preservación del entorno del faro tras su declaración como Patrimonio de la Humanidad, un título que recibió en 2009. En octubre de 2020, anunció que trabajaba en los pliegos para licitar su redacción, pero no ha sido hasta ahora, dos años después, cuando lo ha sacado a concurso.

El objetivo de esta normativa es impedir la construcción de edificios en la zona de protección de la Torre de Hércules, en especial en el Agra de San Amaro, unos terrenos por los que los propietarios acudieron a los juzgados ya que el Concello les impidió edificar en ellos tras las firmas de los acuerdos de 1993 y 2006. Las sentencias judiciales reconocieron su derecho a ser indemnizados por el Ayuntamiento.

El PGOM detalla que el plan especial de la Torre que ahora se encarga establecerá “las condiciones de los usos y edificaciones previstos en el ámbito” y que para ello “tendrá especialmente en cuenta las determinaciones sobre perspectivas visuales sobre el paisaje monumental y natural”. Se prevé la realización de 37.171 metros cuadrados de nueva construcción, pero la edificación de uso residencial en bloque abierto y con un máximo de cinco alturas solo podría levantarse en el ámbito inferior de la cantera de Adormideras, donde el Gobierno local ofreció terrenos a los promotores por no poder construir en el Agra de San Amaro. Los usos terciarios y de ocio se dispondrán en plantas bajas o aprovechando el desnivel del terreno existente a modo de cubierta transitable buscando así la “menor alteración posible del terreno natural”. Esto no afectaría a la zona más próxima al faro.

La tramitación del plan especial se inició en 2013, pero no ha llegado a completarse. Se había presentado la documentación de las fases de información urbanística y el diagnóstico de la situación de aquel momento. Los pliegos incluyen que estos planes especiales de protección “pueden establecer las medidas necesarias para garantizar la conservación y recuperación de los valores que se deban proteger, por lo cual impondrán las limitaciones que resulten necesarias, incluso con la prohibición absoluta de construir”.

También establecerá el diseño de espacios libres, que favorecerá la “armonización e interrelación con la Torre y el entorno”, y se propone la creación un “gran espacio verde con recorridos peatonales y arbolado de especies autóctonas” en la zona próxima al paseo marítimo. Mientras este plan especial no sea aprobado, la zona comprendida entre la Ciudad Deportiva Arsenio Iglesias y Adormideras permanece sin una ordenación específica y con construcciones en estado ruinoso.

Condicionantes para el plan

Para fijar qué desarrollos urbanísticos se pueden hacer y cuáles no en este ámbito, el equipo redactor del plan tendrá que tener en cuenta las recomendaciones del Comité de Patrimonio Mundial del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (Icomos) de la Unesco, que en 2014 emitió un informe en el que realizaba una evaluación de las previsiones del planeamiento municipal y sugería una serie de recomendaciones que se deberían tener en cuenta en el momento de desarrollo del ámbito. Señaló que, en caso de ampliar las áreas edificables, “si se considera adecuado no deberían exceder los 15.000 metros cuadrados”, como también recoge el PGOM, que también plantea el traslado del aparcamiento a un lugar más alejado para que cause un menor impacto visual y se construya un centro de recepción de visitantes bajo la rasante del terreno.

Además, en 2018, la directora general de Patrimonio Cultural de la Xunta emitió un informe con sugerencias y observaciones, en el que recordaba al Concello que “resultaría muy conveniente realizar una prospección arqueológica intensiva del área, con el objeto de localizar y documentar nuevos bienes que puedan haber pasado desapercibidos”. Una cuestión que fue reiterada en 2019. Todo ello formará parte de este nuevo documento.

Pleitos con los promotores

Además de Patrimonio de la Humanidad, la Torre de Hércules es Bien de Interés Cultural y, desde diciembre de 2019, Espacio Natural de Interés Local (ENIL). Las condiciones de protección y conservación que exigen estas declaraciones se deberán tener en cuenta para la redacción del Plan Especial de la Torre. Esto también influirá en la ordenación de la zona. Además, para su elaboración, el Concello tiene que tener en cuenta la moción del BNG aprobada por el pleno en febrero de 2016 sobre la necesaria modificación del PGOM para evitar la especulación urbanística en el entorno de la Torre. También se prestará atención a los resultados de los fallos de las sentencias judiciales, por los que el Concello debería indemnizar a los promotores por no poder construir.

El asunto se remonta a 1993, cuando, para la construcción del paseo marítimo, el alcalde Francisco Vázquez suscribió en un convenio con los dueños de los terrenos afectados, a los que permutó sus fincas por otras en el Agra de San Amaro. Se podían levantar seis bloques de siete alturas. En 2009, cuando la Torre fue declarada Patrimonio de la Humanidad, el Gobierno local mantuvo la posibilidad de construir aquí, hasta que la Xunta lo rechazó y el polígono residencial fue excluido del plan general aprobado en 2013. El Ejecutivo del PP, un año antes, propuso a los dueños el traslado de la edificabilidad a la cantera de Durmideiras, pero los vecinos se opusieron. El Gobierno local de Marea inició trámites para evitarlo, pero nunca los concluyó.

Además de Patrimonio de la Humanidad, la Torre de Hércules es Bien de Interés Cultural y, desde diciembre de 2019, Espacio Natural de Interés Local (ENIL). Las condiciones de protección y conservación que exigen estas declaraciones se deberán tener en cuenta para la redacción del Plan Especial de la Torre. Esto también influirá en la ordenación de la zona. Además, para su elaboración, el Concello tiene que tener en cuenta la moción del BNG aprobada por el pleno en febrero de 2016 sobre la necesaria modificación del PGOM para evitar la especulación urbanística en el entorno de la Torre.

También se prestará atención a los resultados de los fallos de las sentencias judiciales, por los que el Concello debería indemnizar a los promotores por no poder construir. El asunto se remonta a 1993, cuando, para la construcción del paseo marítimo, el alcalde Francisco Vázquez suscribió en un convenio con los dueños de los terrenos afectados, a los que permutó sus fincas por otras en el Agra de San Amaro. Se podían levantar seis bloques de siete alturas. En 2009, cuando la Torre fue declarada Patrimonio de la Humanidad, el Gobierno local mantuvo la posibilidad de construir aquí, hasta que la Xunta lo rechazó y el polígono residencial fue excluido del plan general aprobado en 2013. El Ejecutivo del PP, un año antes, propuso a los dueños el traslado de la edificabilidad a la cantera de Durmideiras, pero los vecinos se opusieron. El Gobierno local de Marea inició trámites para evitarlo, pero nunca los concluyó.

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