La Opinión de A Coruña

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Os Mallos, medio año después de la alarma social

La policía asegura que la sensación de inseguridad ha disminuido, aunque los vecinos, que salieron a la calle para denunciar delincuencia, aún admiten incidentes y demandan las mejoras en servicios prometidas por el Concello

Sandra y Gonzalo, vecinos de Os Mallos desde hace un año, en la calle Ángel Senra. VICTOR ECHAVE

El pleno municipal aprobó por unanimidad hace seis meses un plan integral de regeneración urbana y social en Os Mallos para mejorar las condiciones de seguridad, limpieza, habitabilidad y convivencia en el barrio, extensible al de Sagrada Familia. La iniciativa, expuesta por el grupo del BNG, no concretaba acciones y la Corporación coincidió en señalar en el debate la complejidad que supone afrontar los problemas que sufre este barrio.

La presentación de esta propuesta se produjo en un momento de fuerte tensión en Os Mallos, cuando los vecinos se concentraban en las calles de forma multitudinaria para denunciar inseguridad y delincuencia, exigir mayor presencia policial y demandar mejoras urbanas al Ayuntamiento. Medio año después de aquel grito de protesta que llegó hasta la plaza de María Pita, los cuerpos de seguridad local y nacional apuntan que han disminuido los actos delictivos en la zona y los vecinos, que todavía reclaman mejores servicios, advierten algo más de “tranquilidad” que no ha acabado por completo con la sensación de inseguridad. Del plan integral de regeneración que apoyó el Pleno se desconocen avances.

Fuco Paz, segundo por la izquierda, con amigos del barrio en la calle Ángel Senra. | // VÍCTOR ECHAVE

Fuentes policiales que ha consultado este periódico aseguran que en los últimos dos meses ha bajado significativamente la “sensación de inseguridad” en la ciudad en general. En Os Mallos, también. “Si a finales del año pasado recibíamos como mínimo una denuncia al día por un tirón, un hurto, una agresión o un caso de drogas en Os Mallos, ahora son mucho menos frecuentes. La delincuencia ha bajado”, constata una fuente policial.

La mayor presencia de agentes del 091 y el 092 en la zona tanto en coche patrulla como a pie, la organización de operativos especiales y registros de viviendas ocupadas ilegalmente y el ingreso en prisión de delincuentes habituales que operaban en el barrio explican, de acuerdo con otras fuentes de la Policía, esa disminución de inseguridad percibida en los ciudadanos en Os Mallos y en el resto de la ciudad. A Coruña cerró 2021 con un aumento de la criminalidad del 35,7% respecto al año anterior, marcado por la pandemia, y del 24% en relación a 2019, según las estadísticas del Ministerio del Interior.

Concepción Rico sufrió robos en el comercio. Víctor Echave

Agresiones e intimidación a vecinos, robos, trapicheo de drogas, ocupación de inmuebles, ruido en horario nocturno. Denuncias de este tipo fueron frecuentes en el último cuatrimestre del año pasado en Os Mallos, donde también se produjeron incendios en edificios y bajos ocupados, incluso en días consecutivos, como ocurrió en un inmueble de la calle Asturias. “El Bronx”, comparaba parte de la oposición, en reiterada y poco original alusión al populoso distrito neoyorkino, no el único que es o ha sido infierno de la delincuencia. “Desde hace meses, este barrio está estigmatizado. Aquí hay paro y gente mayor, a la que es fácil trasladar miedo, pero es peligroso”, defiende Fuco Paz, vecino de la zona, que insiste en que Os Mallos “no es un barrio diferente a cualquier otro de A Coruña”.

Contra la inseguridad, que provocó temor especialmente en las personas mayores, clamaron parte de los afectados delante del ayuntamiento en noviembre, con el respaldo de nueve asociaciones vecinales de la ciudad que se unieron a la reclamación de un mayor despliegue de agentes policiales en las calles para combatir la delincuencia. También estaban ediles del PP, que demandaban entonces la recuperación de la policía de barrio.

Rubén posa en su bar, Deivy. Víctor Echave

El Concello aludía en aquel momento a un plan para activar la policía comunitaria con el fin de mantener una comunicación más estrecha entre el 092 y los vecinos. La presencia de agentes locales, y sobre todo nacionales, se hizo más visible desde finales de octubre, aunque hubo sectores vecinales que reclamaron una mayor constancia en sus labores. A comienzos del mes de febrero se produjo la intervención policial más llamativa desde entonces, el desalojo por orden judicial de una casa ocupada en el número 37 de la ronda de Nelle, donde unos días antes un hombre había intentado matar a otro de un machetazo en la cabeza. En el edificio solían pernoctar presuntos delincuentes y existían numerosas quejas vecinales y actas de incautaciones de drogas y armas tramitadas los días anteriores.

¿Está ahora más tranquilo Os Mallos y su entorno, sin concentraciones vecinales en las calles que urgen a las administraciones a reforzar la seguridad, actuar contra la delincuencia y acometer mejoras en la limpieza y la iluminación? Parece haber una sensación de moderada calma que a veces perturban incidentes nocturnos y hurtos o asaltos. “Que no hagamos ruido no quiere decir que los problemas y la tensión se hayan disipado”, advierten portavoces de la plataforma vecinal Os Mallos Unidos. “Notamos la mejoría cuando se nota la presencia de policías, pero cuando están días sin venir vuelve la inseguridad”, añaden en el colectivo, que apuntan hurtos recientes en calles como Diego Delicado y Oidor Gregorio Tovar y señalan que ciudadanos que han protagonizado delitos, como los relacionados con el inmueble incendiado, “siguen viéndose en el barrio”.

A Coruña cerró 2021 con un aumento de la criminalidad del 37,7%

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José Luis García, al frente de otra plataforma vecinal de Os Mallos creada recientemente, se expresa con menos dramatismo: “Hay algún follón por la noche, no como antes, y sentimos menos inseguridad porque siguen pasando policías del 091 en coches o caminando. Ya no son tan frecuentes las denuncias que subíamos en redes en la plataforma, ahora la gente está más preocupada por el alumbrado y la limpieza”.

Sandra y Gonzalo llevan más de un año viviendo en el barrio y notan que “hay escándalo, sobre todo por las noches”. “Hay gente problemática y el ruido molesta”, se quejan, y recuerdan que hace solo unos días, un familiar suyo fue víctima de un intento de robo: “La persiguieron por la calle, pero se metió en una cafetería para buscar ayuda”. Estos dos vecinos son de los que aseguran que “no hay más presencia policial que antes”.

Y hay más problemas: Iluminación insuficiente en numerosas calles y limpieza deficiente. Estos colectivos denuncian no ser atendidos debidamente por el Concello en sus reclamaciones de servicios viarios. “No vemos ningún avance, tan solo un día que debieron hacer una prueba para alumbrar más las calles”, dice García. Os Mallos Unidos denuncia irregularidades en el asfaltado de calles próximas a la estación de San Cristóbal y problemas de insalubridad en algunas zonas, y cuestiona el gasto municipal en proyectos “no demandados por los vecinos”, como la peatonalización de tramos de la calle Ramón Cabanillas. Fuco Paz destaca que “hay muchos bajos vacíos y abandonados”, lo que hace que “la iluminación por el barrio sea escasa”.

Hay vecinos que defienden que Os Mallos está “estigmatizado”

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Frente a estas impresiones cautas respecto a la seguridad en el barrio está el parecer de José Alejandro Salgado, presidente de Distrito Mallos y uno de los fundadores del órgano de comerciantes del barrio. Considera que hace medio año se exageró la alarma por delincuencia y cree que ahora la situación es “demasiado tranquila”. “Parecía que éramos los campeones de la delincuencia, cuando los delitos se dan en todos los barrios de la ciudad. Se hinchó el globo y elevó el miedo y muchos vecinos se pusieron nerviosos. Estamos tranquilos, como siempre lo hemos estado en general. Hay gente distinta, que viste de otra forma o actúa de otra forma, pero no tienen por qué ser un peligro”, aprecia Salgado, que advierte no obstante que “ha bajado” la actividad comercial en Os Mallos.

Los comercios, de hecho, se han visto afectados por esta situación. En Costura Xia les han robado “móviles, ropa y dinero de la caja”, aunque su dueño reconoce que ahora “se ven más policías por la zona”, lo que aleja a los ladrones. Esa presencia policial la ha detectado también Rubén, del bar Deivy: “Todo está más tranquilo, aunque nunca vi mucho jaleo en exceso”. Es de los que opina que “esto no es El Bronx”. “Aquí hay problemas de ocupas, sí, pero creo que pasan cosas que se dan en todos los barrios, no solo en este”, señala el hostelero.

Concepción Rico, que trabaja en O Cebreiro Calidade, una tienda de alimentos naturales ubicada en la calle Ángel Senra, mantiene la opinión de que el barrio “es peligroso”. Durante la pandemia, cuando menos gente había por las calles, sufrió robos. “Antes dejaba la puerta abierta y no pasaba nada. Ahora no, ya no estoy segura”, reflexiona. Rico ni siquiera va tranquila por la calle. “Algunos días vimos más gentes por la calle, pero en el que momento en el que los necesitas, no están”, explica la comerciante, que cree que Os Mallos necesita “más seguridad” para que se revitalice y atraiga más gente. “Todavía hay muchos robos”, insiste.

Regeneración sin desarrollo

¿Y del plan de regeneración integral aprobado en el pleno, qué se sabe? Reaccionaban hace seis meses los vecinos pidiendo que la iniciativa no se quedase en el papel. Echaban en falta “concreciones” en un proyecto “ambicioso”. El Concello, preguntado por este diario, no detalla si desde octubre se ha trabajado en alguna línea específica centrada en la intervención con personas vulnerables, el acceso a la vivienda, la dinamización comercial o iniciativas socioculturales en Os Mallos. En el mismo ámbito sí planifica acciones vinculadas a la estación intermodal, ya que es la administración encargada de diseñar los accesos a la infraestructura a través de las modificaciones en el planeamiento municipal. Y en el pleno de esta semana en el que se aprobó el presupuesto de 2022 de forma definitiva el Gobierno local se comprometió, tras una alegación de Os Mallos Unidos, a invertir en la mejora del alumbrado del barrio y otras zonas con fondos IDAE.

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