El 90 cumpleaños de Carmen Rivero ha sido muy especial. No por la cifra, sino por la compañía y las sorpresas que le acompañaron durante todo el día. Un grupo de músicos de la asociación Son d’aquí acudió a las puertas del edificio de esta vecina de Monte Alto, donde se desarrolló la fiesta. “Fue muy bonito, una sorpresa total”, cuenta su hija, Conchi.

El mayor regalo que se llevó Rivero fue la visita de sus nietos. “Uno vive en Barcelona y el otro en Holanda. Aparecieron en el ascensor y ella gritó mucho”, desvela.

Todavía había más. “Al portal vinieron vecinos, amigos y familiares. Esto es algo que ya no se hace y me parece muy bonito, ojalá se extendiese por el barrio”, comenta Conchi, feliz de ver a su madre disfutar entre flores y globos. Además de abrazar a sus nietos, la cumpleañera gozó con la música. “Le gusta mucho. Yo empecé a tocar la pandereta en enero y a veces la coge. Es un objeto que le hace viajar en el tiempo a lo bonito”, concluye.