La Opinión de A Coruña

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Volver al colegio en A Coruña después de la guerra

Los ucranianos Volodymyr y Andrii Kozhemiako han retomado el curso en el Curros Enríquez con el “juego” como idioma universal

Volodymyr y Andrii Kozhemiako, en su clase en el Curros Enríquez. | // CARLOS PARDELLAS

La guerra es odio, destrucción, miedo y tristeza. La guerra separa familias y acaba con muchas vidas. Una realidad que ha quedado demostrada con el conflicto entre Rusia y Ucrania. Pero la guerra también da paso a la solidaridad y a nuevas oportunidades. Como la que han tenido Volodymyr y Andrii Kozhemiako. Estos hermanos gemelos de 8 años han escapado de su país, Ucrania, y han encontrado refugio en A Coruña, su nueva ciudad, en la que han tenido que establecer una rutina. Esa vuelta a la normalidad incluye, por supuesto, ir al colegio. La vuelta a las aulas después de la guerra está llena de obstáculos, pero también de sonrisas y de nuevos amigos.

Hace unos días, Volodymyr y Andrii entraron en el colegio Curros Enríquez, donde se han visto arropados por profesores, familias y alumnos. Ya son dos más de la clase. “Lo más difícil es el idioma”, sentencia Antonio Leonardo Pastor, director del centro, que detalla que los pequeños “hablan algo de inglés, pero muy básico”, así que no ha sido sencillo ponerse manos a la obra. “También tienen hábitos distintos, hay muchos problemas con lo que se está encontrando la profesora”, explica.

Pero a problemas, soluciones, así que el profesorado del Curros Enríquez se ha puesto manos a la obra para crear “aulas de inmersión lingüística”. ¿El objetivo? “Que estos niños se pongan al día lo antes posible”, contesta. Antonio Leonardo Pastor es consciente de que “es un proceso largo”, que no es algo que se solucione “de un día para otro”. Además, depende de la evolución de los pequeños: “Hay niños que tardan más y otros menos tiempo en adquirir la lengua, ya no hablo del gallego, hablo del castellano”. En el centro saben lo que supone este reto y están preparados para afrontarlo. “Que haya complicaciones en estas situaciones es normal. También pasa cuando viene un alumno, por ejemplo, de China”, comenta el director del colegio, que asegura que se harán todos los esfuerzos para que estos dos gemelos ucranianos “se pongan al día para llevar una vida académica normal”.

Además, la Consellería de Educación ha puesto a disposición de los centros un espacio web específico sobre Ucrania con recursos y materiales didácticos encaminados a favorecer este proceso de adaptación e integración en las aulas, así como una guía de plan de acogida. “La Xunta también facilita recursos, como libros o lápices, todo lo que los niños necesiten para que se integren en los centros”.

Hay otro apoyo clave: los compañeros. “Los niños mediante el juego se relacionan muy rápido independientemente del idioma”, señala Pastor, que nota en el patio que “el juego es un medio de comunicación universal”. Con Volodymyr y Andrii Kozhemiako, en solo unos días, ha notado una “acogida” inmediata. “Los niños no van a tener problema en integrarse en el centro, ya sea en este o en otro”, concluye.

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