La obra para construir el carril bici que enlazará la glorieta de Elviña, en Salvador de Madariaga, con la avenida Pablo Picasso, pasando por la fuente de Las Pajaritas, pareció jugosa para las constructoras en noviembre pasado, cuando el Ayuntamiento la sacó a concurso por cerca de 200.000 euros (240.000, contando impuestos). Cuando se abrieron los sobres de las ofertas, el 3 de diciembre, se habían presentado siete empresas; pero, tras una disparidad de criterios en los pliegos, la quiebra de una constructora, preguntas no resueltas y aumento de materiales, las tres que consiguieron mejor nota han ido renunciando. La obra recaerá sobre la cuarta, Vázquez y Reino, que aceptará la obra.
Las empresas pudieron renunciar legalmente argumentando que el Concello había tardado más de dos meses en adjudicar el contrato; el mismo principio al que se acogieron las empresas que renunciaron a la reforma del mercado de Monte Alto, que quedó desierta. En aquel caso el Concello no justificó la demora, pero en el del carril bici hubo un pequeña discrepancia en los textos que convocaban el concurso: figuraban dos criterios diferentes para expresar el plazo de garantía.
El problema se resolvió el propio 10 de diciembre, y, según la documentación que figura en la Plataforma de Contratación del Sector Público, ese mismo día se propuso adjudicar la obra a Arias Infraestructuras. Esta tuvo presentó documentación adicional, lo que demoró el proceso hasta enero.
En la documentación no figura cuándo se comunicó la noticia a la empresa, también adjudicataria de otros contratos con el Ayuntamiento como el mantenimiento de las aceras en el sur del municipio. Pero Arias, en dificultades económicas, paralizó su actividad e inicio un ERTE en febrero, para luego entrar en concurso de acreedores. Su crisis paralizó cuatro obras que tenía en marcha para el Concello, entre ellas la de la avenida de Oza y el campo de Eirís. Renunció a la construcción del carril bici el 4 de marzo.
La segunda empresa con mayor puntuación era López y Leis, constructora que defiende que tuvo “en principio” la oferta ganadora, antes de los cambios en los pliegos. Pero, aunque consideran que el Ayuntamiento suele ser “muy competente administrativamente”, hubo una demora de más de tres meses entre la presentación de su oferta y el momento en el que recibieron la noticia de la adjudicación, el 18 de marzo. Para entonces, su oferta “no encajaba económicamente” debido a las subidas de precios, sobre todo “del asfalto rojo que lleva el carril bici”.
Según señalan fuentes de la empresa, este tipo de cuestiones se puede resolver en contratos privados de mutuo acuerdo con el cliente, pero en un contrato público, como no admite modificaciones al precio ofertado, “resulta muy complicado”. Decidieron renunciar, pese a que la obra “nos interesaba mucho”, pues se trata de una empresa local y la obra es muy “visual”.
El encargo pasó entonces a la empresa Cosmalca, que renunció el 12 de abril. También han influido los precios de los materiales, según señalan fuentes de la constructora. A principios de este año los suministradores de hormigón y granito les alertaron de aumentos de precio, con lo que las cifras “ya no cuadraban”.
Pero además, Cosmalca indica que la obra puede afectar a terrenos que son competencia de Fomento, y que, cuando se preguntó si era necesario poner una fianza adicional por si se causaban daños, “no contestaron”, con lo que no quisieron correr el riesgo.
Tras estas tres negativas, el canto del gallo sonó finalmente, según fuentes de la empresa, con Vázquez y Reino, la cuarta adjudicataria, que no bajó la oferta económica pero presentó un plazo de garantía adicional y presentó mejoras de control de calidad y medidas de seguridad y salud. Se prevé que los trabajos duren tres meses.
