En 2004, el grupo CantaJuego. comenzó con sus espectáculos musicales dirigidos al público infantil. Versionaron las canciones infantiles de toda la vida, que ya cantaban padres y abuelos de los menores actuales. Casi veinte años después, el grupo sigue sumando nuevos fanáticos que disfrutan de sus primeros conciertos llenos de baile, juegos y diversión. Vuelven a actuar en A Coruña el 15 de mayo en el Palacio de la Ópera, a las 12.00 y a las 17.00 horas. Paulino Díaz, conocido por el público como Puli, es uno de los rostros que los más pequeños reconocen sobre el escenario en las últimas dos décadas.

¿Qué les espera a los padres y a los niños en su espectáculo?

Este espectáculo es una adaptación de la serie Viva mi Planeta, que la grabamos hace ya dos o casi tres años. Trataba sobre que el grupo Cantajuego se iba a una aldea y la restauraba entera. Era una serie ecológica, la sostenibilidad y la importancia de trabajar en grupo y cuidar el planeta. Nos han seleccionado para ser uno de los grupos más ecológicos de la comarca y, durante el espectáculo, vamos a resolver diferentes tareas que van sobre la naturaleza y el medio ambiente. Como el agua, el transporte sostenible, hablar de energías renovables. Toda esta trama va unida con las grandes canciones de CantaJuego de toda la vida y también las nuevas de esta serie.

¿Esas canciones son un aliciente añadido para los padres?

E incluso para los abuelos. Son canciones que conocen de toda la vida. En los inicios del grupo grabamos DVD que se utilizaban en las guarderías. Esto fue una manera de recordar a los papás en las canciones. Y la oportunidad de los niños de conocerlas, tanto del cancionero español como latinoamericano.

Une a los niños con los padres.

No es lo mismo que el niño esté cantando y bailando una canción que también los padres la conozcan. Muchas veces cuando hacemos guiños para que adivinen las canciones, los primeros que contestan son los padres.

También desinhibe a los más pequeños.

Claro que les ayuda. Además, es un espectáculo en el que están todo el tiempo de pie y bailando. Todas las canciones tienen una coreografía. Y según la canción va para una edad. Todos los niños desde uno hasta siete años van a tener su canción. Los más mayores tienen unas coreografías más complicadas para que ellos se reten a la hora de bailarlas.

¿Resulta un desafío mantener la atención de este público?

Tienes que estar acostumbrado al ruido y al movimiento. Se te van a acercar y te van a gritan continuamente intentando captar tu atención. Sabes que tienes que estar concentrado porque puedes esperar cualquier cosa. Hay que hablarles mucho para que vean que estás intentando comunicarte con ellos. Hacer que se sientan partícipes.

¿Cómo se mantiene la energía que transmitís sobre el escenario durante tantos años?

Una de las cosas que nos ayudó durante la pandemia fue salir a saludar después de los espectáculos. Saber quiénes son, hablar con ellos. Ves que te lo agradecen un montón, tanto ellos como los padres. Eso es lo que nos carga de energía. Lo bueno es que, aunque se nos van niños al hacerse mayores, siempre vienen nuevos. Es un poco triste que se te vayan tus fans, aunque no me gusta llamarlos así. Pero como vienen nuevos te cargas otra vez de ilusión. Porque nos vuelven a ver por primera vez ven y cantan nuestras canciones por primera vez.

Y algunos ya habrán vuelto como padres.

Niños que nos viesen con siete y ocho años, ahora tienen veintiseis. A lo mejor es lo mismo que me pasaba a mí con Los Payasos de la Tele y con mis hijos.

¿Los mensajes de vuestras canciones calan en los niños?

Un poco. A lo mejor no entienden del todo las letras, pero si se quedan con palabras como sostenible o viva mi planeta para tenerles respeto, ya es bastante.