Hace teatro, música y monólogo. Interpreta rock, blues, folk, tango, balada, música medieval y ninguna de las anteriores. Daniel Higiénico, que triunfó en los 90 con su agrupación Quartet de Baño Band, se sube hoy al escenario de la sala Mardi Gras a las 21.30 horas para presentar su último disco, Esperando a Robin Hood, en el que muestra una nueva faceta que, no obstante, nunca será la definitiva.

Presenta su proyecto Esperando a Robin Hood. ¿Va a robarle a los ricos para dárselo a los pobres?

Es una frase que está en una canción, me gustó y lo puse en el título. Es un disco de folk. Digamos que yo no tengo estilo musical, me gusta contar historias de cualquier estilo. El anterior disco era de blues y rock and roll, y este es de folk, con el laúd como instrumento principal, pero de momento giro solo. Me monto un espectáculo un poco de café teatro.

El disco lo compuso en colaboración con Toni Pastor, intérprete de laúd. Un instrumento inusual en un café teatro.

Sí, es una idea que tenía desde hace mucho tiempo. Toni Pastor era el guitarrista del grupo que tenía yo en Mallorca, Daniel y la Quartet de Baño Band. Desde que lo conozco, tenía la idea de hacer un disco así, con el laúd como instrumento principal. El disco ha quedado muy chulo, con 15 canciones muy distintas; yo digo que es de folk, pero hay un poco de todo, blues, canción francesa, hay una jota, una ranchera, una canción medieval... es folk pero muy variado. Lo que intento con la música es que sea la banda sonora de la historia que estoy contando.

Esto de no enmarcarse en un estilo musical concreto, ¿está al alcance de todos, o hay que salirse un poco del sistema?

Yo es que no soy músico. Hago canciones, pero no soy músico, toco la guitarra para acompañarme, hago las canciones de muchas maneras distintas, compongo de muchas formas, busco la fantasía, intento hacer un poco de todo. No me lo pide el cuerpo, mi estilo es contar cosas, puede ser rock, tango o lo que sea. Me da igual, tú escribes un libro de cuentos y cada cuento tiene su rollo.

Quedan pocos en su especie con ese componente: usted, Albert Pla...

Quizás sí, con ese componente teatral. Yo siempre he dicho que lo que hago es teatro, soy cantactor. No soy un cantautor clásico, que canta canciones internas, pero cuento muchas historietas que no son sobre mí. Tengo una historia sobre un personaje de cómic que se queda atrapado en una viñeta porque el dibujante lo han matado. Cosas así, de fantasía. Tengo canciones de amor, pero intento que sean distintas, con ironía, sarcasmo. Me gusta hacer reír, la tragicomedia.

Como los juglares Entre música y teatro, con mucha ironía.

Sí. Yo empecé ya mezclando todo, rock con música medieval. Tengo una canción muy cachonda del 1996, que se llama Flipando en colores, donde ya usaba el folclore. Ahora estoy haciendo discos en los que las canciones tienen más que ver entre ellas. Ya me cansé un poco de tanta variedad, era un poco locura. Hice uno de swing y blues, más swing, el siguiente fue blues y rock and roll y el siguiente es folk. Para el próximo tengo una idea muy loca, pero es cierto que estos últimos, el estilo es mucho más concreto

¿Cómo se lleva tal diversidad de estilos a un único concierto? ¿Desdobla su personalidad?

Sí, pero este último es fácil. Antes mezclaba rock, con tango, con comedia. Me disfrazaba, tenía mis personajes: hacía del diablo, de un tipo que está en un manicomio, del diablo, luego hacía un cabaret musical... tenía un personaje que se llamaba El hombre Cucaracha, que salía como si fuese Superman. Hacía una especie de cabaret. Dejé de disfrazarme, pero sigo haciéndolo mismo. Ahora hago algo más tipo monólogo entre canción y canción, que no tienen un guión super cerrado, pero la gente se ríe. Explico cómo compuse la canción, sea verdad o mentira. A la gente le gusta, le entretienes y se le pasa rápido. Estás dos horas en el escenario y ni te enteras.