El accidente ocurrido en la refinería el 26 de marzo que costó la vida al trabajador Unai Martínez se produjo por la apertura de la tapa de una tubería por parte de los dos operarios de una empresa auxiliar que trabajaban en ese lugar, lo que hizo que inhalaran ácido sulfhídrico. El informe de la comisión de investigación hecho público hoy por Repsol señala que el permiso de trabajo del que disponían los trabajadores “sólo autorizaba la tarea de engrasado (suavizado) de pernos, pero no permitía la apertura de tapas, por lo que se produjo una apertura no autorizada de una tubería de proceso”.

El documento recuerda que el operario más afectado falleció el día 29, mientras que su compañero tuvo que ser hospitalizado y en la actualidad se encuentra ya de alta laboral. Sobre el accidente, detalla que la tubería en la que trabajaban estaba fuera de servicio por la parada técnica que realizaba la refinería pero que “contenía restos de gas de proceso en su interior” y, además, “todavía no se habían emitido los permisos de trabajo necesarios para la preparación de la tubería” previos a la limpieza que debía efectuarse.

El informe concluye que “no se siguieron las normas y procedimientos establecidos” y que se incumplió “el protocolo de parada y la norma de permisos de trabajo, pues no estaba autorizaba la apertura del equipo”, aunque no atribuye a ninguna parte -Repsol, auxiliares, trabajadores de la refinería y de las subcontratas- la responsabilidad del accidente, que también es investigado por un juzgado coruñés.

El texto fue entregado a los representantes sindicales de la refinería, que también formaron parte de la comisión de investigación, aunque los de CIG y USO rehusaron firmarlo. El sindicato nacionalista, que tiene el mayor número de miembros del comité, emitió un comunicado en el que califica el informe de “incompleto y para nada concluyente, ya que no profundiza en las causas estructurales que provocaron el accidente”.

La CIG considera que en la investigación “solo se ponen de manifiesto los errores humanos sin asumir por parte de la empresa que es lo que provoca esta toma de decisiones”. También estima que “queda patente la falta de un seguimiento exhaustivo en la formación impartida a las empresas auxiliares” y que se descarga sobre su personal “la mayor parte de los incumplimientos”.