La Opinión de A Coruña

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Un mundo a través de los valados

Ramsés Pérez imparte una charla en el Ágora sobre el valor ecológico de estos cierres

Valado de piedra en San Paio de Narla, Lugo. Maribel Valdivieso

El rural gallego cuenta con un ecosistema particular de los valados. Los tradicionales muros de piedra son un contenedor de vida y un elemento que se camufla a la perfección en el paisaje y en el habitar natural de especies animales y vegetales. Ramsés Pérez, vocal de Adega, imparte esta tarde a las 19.00 horas en el Ágora una conferencia sobre el valor ecológico de estas construcciones bajo el título de Valados con vida. Se trata de una actividad promovida por la Asociación de Vecinos del Agra del Orzán que acompaña, además, la muestra fotográfica de Maribel Valdivieso, que se mantendrá en el mismo centro hasta el 28 de mayo.

Paisaje con valados expuesto en el Ágora. Maribel Valdivieso

La charla se centrará en “enumerar as funcións ecolóxicas dos valados como reservorios da biodiversidade e da agua”, comenta Ramsés Pérez. También tratarán los problemas actuales que sufren, derivados de los “últimos anos e décadas que levaron a que se perdesen centos e ata miles de quilómetros de valados”, apunta Pérez. Como miembro de la Asociación para a Defensa da Ecoloxía de Galiza, apunta a que llevan tiempo poniendo en marcha medidas para recuperarlos en el entorno rural. “Se ben é certo que en moitos lugares se seguen a destruír valados para facer parcelas máis grandes para plantar eucalipto, a liña que se leva en Europa é a de traballar en recuperar o que se perdeu”, explica el vocal de Adega.

Los valados son un elemento fundamental porque “compoñen unha boa parte da paisaxe humana que temos en Galicia”, asegura Ramsés Pérez. “A nivel ecolóxico cumpren funcións importantes, como facer de paravento para determinados cultivos ou facer de arrastre e reter a terra”, añade. Su efecto, asegura, se ve en el ejemplo de la Ribeira Sacra, pero “tamén en moitos paisaxes agrarios máis de toda Galicia onde se empregan co fin de conter a terra”, asegura Pérez. El ecosistema que compone un valado varía en función de muchos factores. El más evidente es la orientación. “Hai especies ás que lles gusta máis o sol; e outros lados máis sombríos e cubertos de musgo acollen vexetación que prefire a humidade e lugares máis refuxiados”, explica. No solo la vegetación se beneficia de estas edificaciones. Los tradicionales muros de piedra dejan huecos en su interior que sirven de refugio a pequeños animales como pájaros, ratones o el caracol de quimper, una especie amenazada.

Sobre las virtudes paisajistas de este tipo de muros trata la muestra de Maribel Valdivieso. A paisaxe dos valados recoge una veintena de sus fotografías por toda Galicia con estas construcciones como protagonistas de los diferentes paisajes rurales y naturales. “Forman parte do rural galego, como tamén a arquitectura románica das igrexas que se atopan polo campo”, argumenta Valdivieso. Su muestra fotográfica recoge variedades de muros de piedra tradicionales en diferentes entornos naturales de toda Galicia, desde prados hasta bosques. Lamenta que “noutros lugares como Irlanda e Inglaterra hai moitos valados de pedra protexidos, cousa que aquí non se fai” lamenta.

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