El modelo de la ciudad del futuro pasa por una evaluación de los diferentes tipos de contaminación que afectan a la Zona de Bajas Emisiones. El Ayuntamiento saca a concurso un contrato para hacer predicciones y mantener un seguimiento en tiempo real de las medidas de calidad del aire y de los niveles de ruido. Son dos lotes los que han salido a concurso para llevar a cabo estas dos acciones en las áreas delimitadas en el centro de la ciudad.
Las actuaciones previstas contarán con un presupuesto base en bruto de casi 160.000 euros, procedentes de los fondos Next Generation de la Unión Europea. El pliego establece que el primero de los lotes ofertados está destinado a obtener un análisis de la situación actual de la contaminación atmosférica del municipio.
“Históricamente, A Coruña no padece episodios muy severos de contaminación”, expone el documento. Así, el objeto de este proyecto es asegurar las buenas condiciones atmosféricas ante fuentes de emisiones contaminantes “que pueden suponer un riesgo importante para las zonas pobladas” como la refinería u otras zonas industriales.
El Concello prevé expandir la red de equipamiento de vigilancia de la calidad del aire con la que ya cuenta. La intención es obtener “mapas horarios de contaminación urbana”. A mayores, el Concello pretenda que el sistema sirva para predecir, con un mínimo de 48 horas, los niveles de dióxido de nitrógeno, ozono y otras partículas sólidas suspendidas en el aire. Con este plan se podrán conocer las horas de conflicto de cada uno de estos elementos. También se observará la evolución en el tiempo de los efectos de estos componentes en la población de la Zona de Bajas Emisiones. El Ayuntamiento cifra en 137.000 los habitantes de la ciudad incluidos en esta área que incluye toda la península y el perímetro que marca toda la ronda de Outeiro, desde el Milenium hasta la avenida del Ejército.
El segundo lote sacado a concurso se centra en la actualización del mapa de ruido. El Gobierno local busca un sistema dinámico para la “estimación de los niveles de contaminación acústica en todo el territorio municipal”, tal como recoge el documento. La contaminación acústica debe quedar registrada en tiempo real para ser consultada en cualquier franja del día y en los distintos espacios seleccionados de la ciudad.
Ambas acciones deberán tener en cuenta el impacto del tráfico de la ciudad. Para la monitorización de la calidad del aire también se exige a las empresas interesadas en el contrato el seguimiento y la estimación del flujo de vehículos en tiempo real, extraído de las cámaras de vigilancia, sistemas de control de tráfico, semáforos y datos extraídos de dispositivos móviles de forma anónima.
Para el control de los niveles de ruido, los diferentes escenarios proyectados se evaluarán “para determinar la eficacia de las medidas de mitigación”. Entre las posibilidades mencionadas se incluyen restricciones al tráfico y variaciones en las velocidades máximas permitidas en las vías de circulación.
