La Autoridad Portuaria sacó a concurso las obras para la reordenación de los espacios y los usos portuarios del muelle de Calvo Sotelo, que dejará de ser utilizado para el tráfico de mercancías, aunque mantendrá el de cruceros turísticos de forma ocasional. Los trabajos tendrán un coste de 382.000 euros y un plazo de ejecución de dos meses, según figura en la licitación.

La intervención consistirá en la modificación de los cierres del muelle y la ubicación del aparcamiento, que se trasladará al lugar donde se encontraban las concesiones de Galigrain y los demolidos silos de Bunge Ibérica. El muelle será abierto al público y albergará actividades ciudadanas, al igual que el de la Batería, aunque seguirá recibiendo cruceros cuando lleguen dos o más buques al mismo tiempo, ya que en el de Trasatlánticos solo puede amarrar uno.