La Opinión de A Coruña

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El Banco de Alimentos y la Cocina Económica alertan de la caída de donaciones por la inflación

La crisis sanitaria, la guerra de Ucrania y la consecuente subida de precios golpean a las entidades sociales, que siguen sumando usuarios mientras las ayudas caen | “En todas las casas se han incrementado los gastos”, exponen

Voluntarios del Banco de Alimentos Rías Altas, en el almacén. | // VÍCTOR ECHAVE

El Banco de Alimentos Rías Altas y la Cocina Económica de A Coruña alertan de que las donaciones han descendido en los últimos meses. Detrás de esta caída hay varios motivos: la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, la guerra de Ucrania y la subida del IPC, con el consecuente aumento de precios. “Si antes alguien en un supermercado donaba cinco o seis productos, ahora con el mismo dinero solo compra tres”, explica la presidenta del Banco de Alimentos, Conchy Rey, que calcula que el descenso con respecto a 2019 —“el último año normal”, destaca— es del 20%. “O más, pero todavía no tenemos una cifra porque estamos con la campaña del Mayo solidario”, añade.

Muchos hogares están atravesando momentos difíciles y eso también repercute en las donaciones. El administrador de la Cocina Económica, Óscar Castro, indica que con la pandemia se tocó “un techo con las donaciones” porque “la gente fue muy generosa”. Sin embargo, al COVID le siguió la guerra de Ucrania. “Ha tenido un efecto colateral. Muchas ayudas se han centrado en eso. En otros momentos, hubo crisis humanitarias, pero la gente no abandonada la causa de aquí. Se volcaba con todo. Lo de Ucrania tuvo un impacto demasiado directo y nos ha tocado el bolsillo”, relata.

En la Cocina Económica, de hecho, empezaron a notar la disminución de las ayudas a principios de año. “Con las cuotas de socio siempre contamos, pero también necesitamos que las donaciones se mantengan. Nuestro presupuesto es de más de un millón de euros”, informa.

El Banco de Alimentos también vivió el boom del COVID. “La gente fue muy generosa en la pandemia. Pero cuando las cosas se estabilizan, cada uno tiene lo suyo. Sabíamos que esto podía pasar, pero la verdad es que lo hemos notado muchísimo”, comenta, preocupada, Rey, que recuerda que “quien más dona no es la clase alta sino la clase media, que es, además, quien más nota la inflación”. “En todas las casas se han incrementado los gastos. Ir al supermercado es más caro. Entonces lo que queda para donar es cada vez menos”, analiza. El Banco de Alimentos Rías Altas también está poniendo su granito de arena para ayudar los refugiados por el conflicto bélico iniciado por Rusia, pero la presidenta de la entidad explica que “no se dejan de atender otras cosas”. “Tenemos una campaña específica de ayuda a Ucrania”, aclara.

Es la subida de precios la que golpea con fuerza a esta entidad. “Los precios en alimentación han subido mucho. La guerra ha tocado todos los bolsillos”, repite Conchy Rey. ¿Y qué alimentos escasean en sus almacenes? “El aceite. Indudablemente. Antes la gente donaba aceite de girasol si no podía dar aceite de oliva. Pero ahora ya no hay esa posibilidad. Tenemos que suplirlo con otras cosas”, dice.

Colas en la Cocina Económica. // VÍCTOR ECHAVE

Más de 3.000 personas contribuyen en la causa de la Cocina Económica, pero a la entidad le preocupa la pérdida de algunos donantes, una situación que ha ido empeorando en este 2022. “El donante de la Cocina Económica suele ser una persona mayor que va dejando que sus hijos cojan ese relevo, pero hay veces que no lo hacen y eso nos preocupa”, se sincera Óscar Castro, que anuncia que es necesario “enganchar a la gente joven”. “Hay un juventud muy inmersa en estas causas, pero cuesta que se hagan socios. Nos apoyan en redes sociales, pero necesitamos más”, cuenta.

De todos modos, estas entidades sociales siguen levantándose a pesar de los obstáculos para seguir dando cobertura a sus usuarios. “Tenemos una gran masa social detrás. La gente siempre responde. Las tendencias a veces son preocupantes, pero esperemos que se vayan resolviendo”, comenta el administrador de la Cocina Económica tratando de ser optimista.

El Banco de Alimentos ha podido recuperar las campañas presenciales de recogida de alimentos en supermercados como Gadis y Eroski. Además, El Corte Inglés ha organizado una Operación Kilo en todos sus establecimientos para ayudar los Bancos de Alimentos.

Los usuarios en busca de ayuda siguen aumentando

En solo un año, de 2020 a 2021, el Banco de Alimentos Rías Altas de A Coruña pasó de 15.516 usuarios a 17.516, una subida del 12,8%, y de 37 a 81 entidades que solicitan su ayuda. “Y sigue aumentando la gente que lo necesita”, destaca la presidenta de la entidad, Conchy Rey. La Cocina Económica duplicó el número de usuarios de su comedor —reabrió en marzo— desde antes del COVID, alcanzando las 350 personas aproximadamente. Rey avisa, además, de que la situación no va a mejorar. “En verano siempre hay contrataciones temporales. Pero después, en septiembre y octubre, va a ser peor. Las entidades cada vez nos piden más, aunque tengan los mismo beneficiarios. Porque ahora en los hogares entra menos dinero y, aun encima, llega para menos. Es una rueda”, avanza. Aunque las donaciones se han ralentizado en los últimos meses, el boom de voluntarios fue una de las cosas buenas que trajo la pandemia. La presidenta del Banco de Alimentos informa que en el almacén de A Coruña están cubiertos, aunque necesitan más ayuda en Santiago. También para las recogidas de alimentos que ya están organizando —ahora es el Mayo solidario—. “Si tenemos un listado de 500 personas, nos venía bien tener 800 porque hay veces que la gente se compromete y luego falla o surgen imprevistos”, concluye Conchy Rey.


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