La Opinión de A Coruña

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Ginés Cruz Escritor galardonado en el I Premio Asubío

“Merece la pena vivir cualquier vida pese a las dificultades”

“Cuando uno lucha por lo que quiere, siempre obtiene algo, aunque no sea todo”

Ginés Cruz posa en la entrega del I Premio Asubío. Carlos Pardellas

El escritor murciano Ginés Cruz recibió este martes el galardón del I Premio Asubío de Novela de la Fundación María José Jove y Hércules de Ediciones. Palabras de piedra, la obra ganadora, narra los desafíos de un padre y un hijo con autismo. Ginés Cruz optó por esta temática desde su experiencia personal, ya que su hijo tiene el trastorno del espectro autista.

¿Cómo ideó esta novela y sus personajes tan particulares?

El libro va de dos personajes autistas, un padre y un hijo, que tienen la ilusión de preparar un viaje ellos solos, sin ayuda. La idea surgió a raíz de que yo tengo un hijo que es autista. Me muevo un poco en el ambiente de estas familias y asociaciones que trabajan con este trastorno. Me pareció una manera interesante de contar una serie de hechos, como es la preparación de un viaje, desde el punto de vista de una persona autista. A veces tiene una narrativa naíf, quizá un poco infantil o simplona, pero resulta muy interesante. Recalca las dificultades que surgen cuando una persona con autismo tiene que moverse dentro de un mundo que no está hecho para él.

¿Cuál ha sido el mayor reto que ha tenido al escribir este libro?

Mi reto en cualquier novela es conseguir armar la historia. Cuando escribo tengo muchas obsesiones, como el tiempo de la novela o cómo defino los personajes. Hay que intentar que la historia tenga una evolución. Eso es lo más complicado. Muchas veces me preocupo muchísimo por saber plasmar lo que quiero decir, que una persona que no me conoce lea lo que yo escribo y entienda lo que quiero decir. Por eso siempre elijo cuatro o cinco amigos de confianza y les doy a leer el libro antes de publicarlo. Muchas veces te sorprenden, porque te comentan cosas que ni hubiese imaginado, que tal vez no estaban en tu idea primigenia y que son realmente interesantes.

¿Le resultó más sencillo meterse en la piel de los personajes dada su experiencia personal?

La observación que cualquier novelista tiene que hacer antes de escribir las historias que cuenta, en mi caso la tenía en casa. No sé si fue más fácil, pero sí que tuve la experiencia más a mano.

¿Palabras de piedra aborda el tema del autismo de forma optimista?

Mi novela no tiene el mensaje facilón de que si tú quieres, puedes. Pero sí transmite la creencia de que, cuando uno lucha por lo que quiere, siempre obtiene algo, aunque no sea todo. Se lleva al menos una pequeña parte. Sobre todo, que merece la pena vivir cualquier vida, a pesar de las dificultades y los tropezones que te puedas pegar. Merece la pena tener sueños. Ese es el mensaje clave, acabar viendo un sueño cumplido, aunque no sea en su totalidad. Hay que valorar todo el esfuerzo que hacen las personas autistas por adquirir cierto nivel de independencia que para los neurotípicos o los que no somos autistas está más o menos normalizado. Para ellos requiere un trabajo enorme y plausible.

¿Vale la pena atreverse a soñar?

Sí, siempre. En todo el camino, más allá de que consigas el objetivo que te has propuesto, siempre te enriqueces, conoces personas, vives situaciones y aprendes. Al fin y al cabo, eso es la vida. Incluso los momentos de frustración y tristeza, esos también hay que vivirlos porque los tenemos todos, no solo las personas de condición autista. Hay que saborear y saber vivir todos los momentos de la vida.

¿Cuál es la actitud correcta, si existe, que debe tener la sociedad con una persona con autismo?

Hay muchas. Uno, a veces, intenta no interferir o no molestar con las palabras. En realidad, cuando las cosas se hacen y se dicen desde el respeto y el cariño, no hay palabra que sea especialmente molesta. Una de las virtudes que tienen estas personas es que se enfrentan a las cosas sin prejuicios. Señalamos las deficiencias, pero también hay que resaltar las capacidades como esta. Se presentan delante de una situación o de una persona sin juicios previos. Y respetar a la otra persona tal como es. Hay quien no pregunta por si molesta, cuando realmente sí deben preguntar o decir lo que tengan decir. No habrá ningún problema, siempre que lo hagan con respeto.

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