María Casares fue princesa en Orphée y duquesa en La Chartreuse de Parme En el teatro lo fue casi todo: de Lady Macbeth a Marie Tudor y hasta la Medea mitológica. Con todo, el papel más apasionante que interpretó la actriz fue el de su propia vida, marcada por el exilio, la nostalgia, el desarraigo y la pasión por la interpretación. Un periplo que podría inspirar, sin duda, una novela. La escritora Clara Fuertes hace suya esta premisa en Todas las horas del día, la biografía novelada de la actriz coruñesa. La escritora presentó ayer la novela en la librería Bululú, en una suerte de pequeño homenaje a María Casares en la ciudad que la vio nacer hace 100 años.

Una propuesta en el que la ficción y la realidad interseccionan hasta casi mezclarse, pero en la que el relato de su vida aparece fielmente retratado, tomando como base la correspondencia de Casares con Albert Camus y su propia autobiografía, Résidente privilégiée.

En Todas las horas del día, Clara Fuertes emprende el camino contrario y se mete en el papel de Casares. “Hay un punto en el que te deslizas por su vida, en el que tu yo personal se mezcla con tu yo María Casares. Es lo más fascinante, poder llegar al personaje y transformarte un poco en ella”, reflexiona Clara Fuertes. En la novela, la escritora reconstruye la personalidad de la actriz, haciendo especial hincapié en los aspectos que existían tras la diva de la pantalla y las tablas, siempre con gran respeto a su vivencia y sensibilidad. “He intentado no meterme en cosas de las que sé que a ella no le gustaba hablar, o en personas que le hicieron daño. Me he centrado más en sus nostalgias, su salto a Francia, su amor por Camus que la hizo crecer, su marido, sus padres. He querido salirme de esa imagen de diva y demostrar que era mucho más, una mujer tímida, solitaria y muy nostálgica”, describe la autora de la novela. En la obra, ejerce de interlocutor de la actriz un personaje ficcionado, el periodista Airas, cuyo enorme parecido con Albert Camus le hará revivir sentimientos olvidados a una María Casares de 60 años y ya consagrada como mito de la actuación francesa.

El personaje del gallego Airas, inspirado en el trovador medieval Airas Nunes, traerá al presente otro de los grandes amores de la actriz, el que profesaba hacia su tierra, que se vio obligada a abandonar con diez años y a la que nunca regresó, pero que siempre llevó en el recuerdo. “Ese amor hacia Galicia, esa idea nostálgica suya queda bastante reflejada, como también esa idea de que nunca regresa por ese dolor que siente de encontrarse con la tierra en la que vivió una niñez tan bonita”, dice Fuertes.

La novela nace con vocación de dar a conocer el periplo vital de la actriz que nació coruñesa y murió francesa, pero también de convertirse en algo más: si la vida de María Casares se desarrolló sobre las tablas, qué menos que seguir desdibujando, tras su muerte, las fronteras entre lo real y el teatro. “Me encantaría que la novela sirviese de guion para una adaptación teatral. Cuando estaba narrando, veía la escena teatral, esa María Casares que recuerda los papeles que interpretó, y luego a la niña de nueve años a la que exilian, y que nota como se va desagarrando de su patria a través de los exilios que marcaron su vida”, propone la autora.