Entrevista | Fernando Ontañón Escritor. Presenta su libro ‘Emboscados’ en la Fundación Luis Seoane

“Veo que las nuevas generaciones no están dispuestas a hacer sacrificios por amor”

“El matrimonio es un espacio de encuentro en el que hay desencuentros”

El escritor Fernando Ontañón.  | // CARLOS PARDELLAS

El escritor Fernando Ontañón. | // CARLOS PARDELLAS / Ana Carro

A Coruña

El escritor Fernando Ontañón conversará el sábado, a las 12.30 horas, con Mercedes Sierra y Javier Pintor sobre su último libro, Emboscados, en el que analiza la relación de dos matrimonios. El acto, del ciclo Somos o que lemos, será en la Fundación Luis Seoane.

¿Qué engloba la palabra emboscados que da título a su obra?

Emboscados hace referencia a dos cosas dentro de la novela. El libro habla de las experiencias vitales de dos matrimonios diferentes. Son dos personajes que no se conocen y cada uno tiene un matrimonio y cada matrimonio tiene unas dinámicas diferentes. Lo que sucede es que los personajes han vivido emboscados en sus matrimonios para salvarse de sus propios matrimonios. Por otra parte, la novela arranca con un suceso violento, un atentado, en el que estas dos personas se ven implicadas. Ellos acaban emboscados dentro de esa situación.

¿Cómo son esos dos matrimonios y por qué hablar de ellos?

La idea de la novela me viene porque veo que a mi alrededor, entre mis amigos y gente que conozco, matrimonios de muy larga duración. Relaciones que habían empezado en la juventud, en la universidad, y, tras décadas, seguían en pie hasta que empieza a romperse. Casi como en cascada, esos matrimonios empiezan a romperse unos detrás de otros, algunos de golpe. Otros aguantan y siguen. En el libro intento indagar en las dinámicas enfermizas que se producen en estos matrimonios, que se enquistan. Y, además, muchas veces se enquistan con formas de violencia, y no siempre física. Hay violencia psicológica, sexual o del propio silencio. Por lo que he vivido a mi alrededor, cuando te someten al silencio, esas parejas que no se hablan, también es violencia. En esta historia, son dos matrimonios diferentes y lo único que tienen en común es que son relaciones de muy larga duración. Trato de indagar en esos años que han aguantado, justificando esas relaciones que les hacían daño.

¿Partimos de la base de que el amor está idealizado?

También se juega mucho con eso en la novela, pensar si realmente elegimos de quién queremos enamorarnos o es todo puro azar. En los casos que yo relato, son de parejas que han tenido poco conocimiento de otras personas, se han juntado muy jóvenes y, muchas veces, porque han visto un solo rasgo en la otra persona. De repente, te enamoras y esa persona pasa a formar parte de tu vida y tú todavía estás en plena formación. Muchas de esas parejas han salido adelante aunque han tenido que lidiar con eso.

Porque las personas crecen y cambian...

Claro. Las personas cambian. También está esa mentalidad casi mágica de pensar que tienes idealizada a la otra persona, que solo te fijas en ese rasgo y, poco a poco, esa persona acabará convirtiéndose en lo que tú has imaginado. Eso conlleva, en ocasiones, a situaciones muy frustrantes. Creo que las nuevas generaciones no piensan igual, pero a nosotros nos educaron en la aceptación de que las cosas no son fáciles, que el matrimonio no era ese paraíso el romanticismo donde todo iba magníficamente. Más bien es un espacio de encuentro en el que hay desencuentros. Siempre hemos oído que el matrimonio exige sacrificio. Se ha justificado la precariedad emocional porque el amor no es duradero. Al contrario que una relación de amistad, en la que siempre asumimos que va a ir a más, parece que el amor va en decadencia, que lo natural en una relación es que el amor, poco a poco, decaiga. Así ha habido muchas parejas que dicen “llevamos 20 años, no es lo que fue al principio pero lo acepto y asumo porque el matrimonio no es un jardín de rosas”.

¿Y qué piensan sobre ello las nuevas generaciones?

Ahora ha cambiado mucho, por la educación que les hemos dado y porque ellos mismos han dado un paso adelante. Veo que no están dispuestos a hacer sacrificios por el amor. Creo que nosotros vemos amor como algo más romántico.

La portada del libro, obra de Ana Castro, es una cola de ballena. ¿Qué relación tiene con esto que cuenta?

Cuando vi la ilustración, me parecía que reflejaba muy bien metafóricamente lo que ocurre en la novela. Son dos personajes que no se conocen, llegan a un supermercado y ahí ocurre un suceso muy violento. Luego, capítulo a capítulo, vemos al pasado de estas personas. Creo que en los matrimonios de larga duración hay violencia de muchos tipos. Y se da la paradoja de que, en muchos casos, para salir de esa situación también irrumpe la violencia. Como esa ballena de la portada, que aparece de golpe.

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