La ciudad llegó este fin de semana al límite de sus capacidades hoteleras. El motivo, dos eventos masivos que invitaron a la gente a llenar la ciudad en masa: por un lado, la final del play off de ascenso a Segunda división que disputaban el Deportivo y el Albacete en Riazor y, por otra, el concierto de Raphael en el Coliseum.

El fin de semana no acabó bien para el equipo coruñés, pero dejó ganancia en los hoteles de la ciudad, que superaron el 90% de ocupación. “El Albacete desplazó a muchos seguidores, y el concierto de Raphael movió a mucha gente también. Se han llenado casi todos los hoteles, de los no tan céntricos a los mejor situados”, valora el presidente de Hospeco, Agustín Collazos.

Una cifra nada despreciable a las puertas de un verano que promete la ansiada recuperación para el sector hotelero, turístico y de servicios tras dos años marcados por las restricciones de la pandemia, que ya tuvo, no obstante, un entremés en Semana Santa, que sirvió para medir los ánimos de los visitantes a la hora de escoger la ciudad como destino turístico.“La Semana Santa fue un termómetro espectacular de las ganas de salir que tiene la gente, aun con la subida del precio de la vida, los carburantes y las dificultades económicas en general”, adelanta Collazos. Aunque las cifras invitan al optimismo, los empresarios y trabajadores del sector, curados de espanto tras una pandemia, no dejan de lado la prudencia ante posibles sucesos que alteren las previsiones iniciales, y, aunque se muestran optimistas, admiten que estos datos son complicados de medir a corto plazo, debido a que A Coruña es un destino muy escogido por el turismo nacional. “Es más difícil de detectar si hay más o menos afluencia, porque la ciudad funciona muy bien el fin de semana para personas que la eligen de otras provincias”, señala.