El mar se puede experimentar de múltiples maneras y con todos los sentidos. El Centro Oceanográfico de A Coruña impartió ayer una muestra interactiva en la sede de la ONCE en la ciudad para casi una treintena de personas ciegas o con alguna discapacidad visual. Los asistentes, de todas las edades, conocieron los misterios que oculta el medio marino a través de muestras en las que afinaron el tacto y el olfato para aprender las diferencias entre distintos tipos de algas recogidas en los últimos días en As Xubias. “Pensaba que eran más uniformes”, comenta Isidro Mateos, uno de los participantes.

La actividad permitió conocer las tareas básicas del Centro Oceanográfico. Con sus propias manos pudieron manejar utensilios para medir el tamaño de los peces, con ayuda de una regla en braille. “Hay otras maneras de experimentar el mar, a través del olor, el sonido o el tacto”, apunta la directora del Centro Oceanográfico, Luz García. El protagonismo de la mañana se lo llevó el más intrépido de los participantes. Guillermo Calvo, un niño de seis años, fue el primero en ofrecerse voluntario para palpar todas las muestras del medio marino. Se quedó asombrado por lo afilados que eran los dientes de la mandíbula de un tiburón. El Centro Oceanográfico protagonizará el cupón de la ONCE del próximo lunes con una campaña para reconocer a sus figuras femeninas.