La Opinión de A Coruña

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Las cámaras de tráfico revelan que la mujer que murió atropellada cruzaba con luz roja

La investigación todavía debe determinar la velocidad a la que circulaba el bus y si los frenos funcionaban correctamente | El marido de la víctima fue dado de alta ayer por la mañana

El autobús que arrolló a la mujer, en el lugar del accidente. Carlos Pardellas

Las primeras investigaciones sobre el accidente que costó la vida en la tarde del jueves a una mujer de 53 años al ser atropellada por un autobús urbano en la confluencia de la calle de San Andrés con la plaza de Pontevedra apuntan a que la víctima cruzaba el paso de peatones cuando el semáforo estaba abierto para los vehículos. Las cámaras de control de tráfico revelan este dato, aunque a pesar de su relevancia, no implica necesariamente que la responsabilidad del accidente sea en exclusiva de la mujer.

Los investigadores deben determinar aún la velocidad a la que circulaba el autobús, así como el funcionamiento de los frenos del vehículo con el fin de comprobar si la conductora tuvo el tiempo suficiente para reaccionar ante la irrupción de la mujer en la calzada y si al activar el freno el bus debió detenerse a la distancia suficiente para evitar el impacto.

El juzgado que instruye el caso reclama estas pruebas a la Policía Local con el fin de averiguar si existió algún tipo de responsabilidad por parte de la conductora del autobús, quien tuvo que ser atendida tras el siniestro por un equipo de asistencia psicológica ante la conmoción que sufrió al presenciar el choque del vehículo contra la mujer, que falleció en el acto.

Su marido, un hombre de 60 años que le acompañaba en el momento del accidente, recibió el alta el viernes por la mañana en el Hospital Universitario, al que fue trasladado por haber sufrido un traumatismo craneoencefálico del que fue atendido en el servicio de Urgencias. Tras permanecer en observación desde entonces y, al comprobar su evolución favorable, se decidió que podía abandonar el centro sanitario.

Las cámaras de tráfico tuvieron un papel relevante en la investigación de otros accidentes de tráfico. El último de ellos con unas características relevantes fue el ocurrido el pasado octubre en el viaducto de la ronda de Outeiro que sobrevuela la avenida de Alfonso Molina y la calle Caballeros, en el que un vehículo rompió la barandilla y se precipitó a la última de esas vías, mientras que otro chocó contra una columna publicitaria en el propio viaducto.

La Policía Local recurrió a las cámaras para tratar de averiguar si uno de los vehículos causó la caída del otro al acosarle tras un supuesto pique ocurrido en Alfonso Molina y determinó que cuando ambos tomaron el desvío en esa avenida hacia la ronda de Outeiro no hubo intención por parte de uno de ellos de chocar contra el otro.

También fueron decisivas las imágenes disponibles del grave siniestro sucedido en julio de 2017 en Alfonso Molina en que un joven de 16 años falleció y otros cuatro sufrieron heridas graves al derrapar, su vehículo, chocar contra un árbol y volcar.

Las cámaras permitieron comprobar que el vehículo circulaba a una velocidad superior a la permitida, lo que hizo que el conductor, que fue condenado por homicidio imprudente, perdiese el control y se estrellase en una zona ajardinada situada junto al desvío de la ronda de Outeiro.

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