“Las playas de Miño son familiares, tranquilas, sin grandes corrientes”, indica el concejal de Turismo del Ayuntamiento, José Manuel Pantín, pero, según el día y las limitaciones de los que acudan, pueden ser recomendables unas u otras. Así, en los días de viento conviene visitar la cala de A Ribeira, que es “la más abrigada” del municipio, señala el edil.
En el arenal de Lago las escaleras son “muy empinadas”, y a los turistas les está vedado utilizar el ascensor para evitarlas, pues este no es municipal, sino privado y de uso reservado para los vecinos de una urbanización cercana. Por contra, la playa Grande tiene siete accesos para personas con movilidad reducida. En cuanto a la playa de Perbes, “hay que tener en cuenta que en el centro hay unas grandes rocas”, recuerda Pantín, por lo que conviene tener precaución al nadar por esa parte.