La Opinión de A Coruña

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Las bicis arrancan a medio gas

El nuevo servicio de Bicicoruña empezó a funcionar con dudas y problemas para usuarios, que tuvieron dificultades en el registro para extraer las bicicletas y en la atencion al cliente

Xosé Iglesias, usuario de Bicicoruña, intenta retirar una bici en la plaza de Pontevedra. Arcay/Roller Agencia

“Quiero contactar con el número de teléfono, pero no me contestan”, relata Xosé Iglesias, usuario de las bicicletas de la ciudad. Bicicoruña retomó la actividad habitual del servicio de bicis en las estaciones renovadas de la ciudad. En el primer día fueron 21 estaciones las que estuvieron operativas de las 23 reformadas. Se mantuvieron fuera de servicio la de la Torre de Hércules y la del Milenium. Al mediodía se registraron incidencias con el sistema de registro.

Algunos usuarios habituales del modelo anterior no fueron capaces de retirar los vehículos de los emplazamientos en los que habitualmente hacían uso de las bicicletas con su tarjeta Millennium. Xosé Iglesias tuvo complicaciones para encontrar el punto exacto en el que situar su tarjeta. Una vez encontrado, a la derecha del soporte que mantiene de pie la bicicleta, no conseguía desbloquear el vehículo en la parada de la plaza de Pontevedra. Llamó al teléfono de asistencia varias veces, sin obtener respuesta. “Lo volveré a intentar mañana”, se resignó.

Un operario responde a las dudas de una viandante en el Obelisco. Arcay/Roller Agencia

Los usuarios habituales del servicio tuvieron que darse de alta en la nueva aplicación de Bicicoruña, o bien registrarse a través del sitio web de la empresa. A primera hora de la mañana, los ciclistas no tuvieron mayores problemas para probar los nuevos vehículos, que incluyen ahora bicicletas con asistencia eléctrica. “La gente es curiosa, preguntan cómo funcionan y cuál es el precio”, comenta Alberto Vidar, operario de Bicicoruña. Estuvo toda la mañana explicando cómo retirar las bicicletas a los viandantes curiosos. Él sí consiguió sacar el vehículo en repetidas ocasiones a modo de ejemplo, pero a los interesados que se acercaron a consultar dudas les resultó más complicado. El Concello asegura que reforzará el servicio de atención telefónica.

Otro ciudadano, Miguel Díaz, se quejó porque la aplicación no le reconocía como usuario. “Tengo mi acceso y mi tarjeta Millennium. No me deja crear una nueva porque ya está ahí registrada, pero no me deja retirar las bicis”, cuenta. Antes del Obelisco, había probado suerte, sin éxito, en las estaciones de las Pajaritas y de la Fábrica de Tabacos.

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Primer día del nuevo Bicicoruña Arcay / Roller Agencia

Las incidencias más recurrentes fueron los errores en el nuevo registro. Algunos no estaban dados de alta en la nueva aplicación. Y tardaron unos 20 minutos en completar el proceso desde el mismo puesto en la calle, a través de sus dispositivos móviles. Tampoco obtuvieron una solución rápida debido a que el sistema de la empresa tuvo dificultades para procesar las numerosas solicitudes de validación y se bloqueó en algunos instantes. Los turistas y las personas con abono mensual tampoco encontraron soluciones rápidas que les permitiesen pedalear a través de los carriles bici de los Cantones.

En servicio solo la mitad de bicis y estaciones

Con la nueva plataforma de bicicletas de Bicicoruña, muchos usuarios se han interesado por las nuevas condiciones de uso de los vehículos. El precio del abono anual asciende de los 30 euros a los 40. La renovación supuso la incorporación de 514 bicicletas nuevas para sustituir a las anteriores: 342 son mecánicas y 172, eléctricas. No obstante, ayer solo se pusieron en la calle 170, la mitad eléctricas, distribuidas entre las 21 estaciones en funcionamiento. El número aumentará según la demanda y las necesidades de los usuarios. El Concello espera expandir la red en los próximos meses hasta llegar a las 55 estaciones y los 990 puntos de estacionamiento.

Las bicis eléctricas tienen condiciones de uso diferentes a las mecánicas. Solo se podrán utilizar sin recargo con el abono anual y durante un tiempo de 20 minutos. Si se excede el tiempo, tendrán un recargo de un céntimo por minuto hasta llegar a una hora. A partir de los 60 minutos, el cargo sube a cinco euros con el fin de evitar un uso inadecuado.

Sobre el nuevo sistema y sus tarifas, Marea Atlántica reclamó al Gobierno local conocer los motivos detrás de la reducción del tiempos. La portavoz de grupo, María García, señaló que “esta limitación complica el desplazamiento entre los barrios más alejados de la ciudad y dificulta que Bicicoruña sea una alternativa real de movilidad en los desplazamientos cotidianos”. Marea también critica la “multa” de cinco euros por superar plazo.

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